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Pero supongo que, las recompensas para aquellos que aspiran a lo alto, arrostren los peligros y se atrevan a intentar lo desconocido, son enormes. Si comprendemos esto y nos resolvemos a vivir este ideal, el futuro estará asegurado.
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Yo no creo que sea fácil ser líder o dirigente. Creo más bien que es empresa solitaria y dura. Fue Nietzsche el que dijo: "La vida siempre es más dura cerca de la cumbre: el frío aumenta, la responsabilidad crece". Y yo digo que, por otra parte, nunca existe garantía de éxito...
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Los padres deben procurar también por medio de la conversación, y sobre todo por las acciones, que en la casa existan y se acaten valores, tales como el respeto, el orgullo, la lealtad, y el honor. La vida no debe revelársele al niño como una lucha dudosa e inútil, sino como un don magnífico, una antorcha que debe arder con todo el beillo posible antes de entregarla a la generación siguiente...
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La alabanza oportuna ayuda; la instrucción también, pero el que quiera realmenteque su hijo sobresalga, tiene que ir más allá: tiene que descubrir y fomentar los intereses y aptitudes especiales del chico, tiene que guiarlo en sus primeros pasos, dedicarle el tiempo que sea necesario. Tiene, en suma, que entregarse a su hijo...
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Si estudiamos, por ejemplo, lo que ocurre con una de las cualidades mencionadas, la confianza, nos daremos cuenta que su semilla se siembra mucho antes de que el chico vaya a la escuela. Empieza con la acertada ejecución de tareas sencillas...
Pero supongo que, las recompensas para aquellos que aspiran a lo alto, arrostren los peligros y se atrevan a intentar lo desconocido, son enormes. Si comprendemos esto y nos resolvemos a vivir este ideal, el futuro estará asegurado.
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Yo no creo que sea fácil ser líder o dirigente. Creo más bien que es empresa solitaria y dura. Fue Nietzsche el que dijo: "La vida siempre es más dura cerca de la cumbre: el frío aumenta, la responsabilidad crece". Y yo digo que, por otra parte, nunca existe garantía de éxito...
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Los padres deben procurar también por medio de la conversación, y sobre todo por las acciones, que en la casa existan y se acaten valores, tales como el respeto, el orgullo, la lealtad, y el honor. La vida no debe revelársele al niño como una lucha dudosa e inútil, sino como un don magnífico, una antorcha que debe arder con todo el beillo posible antes de entregarla a la generación siguiente...
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La alabanza oportuna ayuda; la instrucción también, pero el que quiera realmenteque su hijo sobresalga, tiene que ir más allá: tiene que descubrir y fomentar los intereses y aptitudes especiales del chico, tiene que guiarlo en sus primeros pasos, dedicarle el tiempo que sea necesario. Tiene, en suma, que entregarse a su hijo...
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Si estudiamos, por ejemplo, lo que ocurre con una de las cualidades mencionadas, la confianza, nos daremos cuenta que su semilla se siembra mucho antes de que el chico vaya a la escuela. Empieza con la acertada ejecución de tareas sencillas...