Saliendo del túnel amarillo, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

El algodón empapado en 'alcohol' de quemar se prende y asiendo la varilla por el extremo libre se pasa muy lentamente la llama por los rincones y aristas de la jaula, asegurando de esta forma una perfecta desinsectación.
Si los cubiculos están montados sobre materiales ignifugos, no propensos a quemarse, puede sustituirse la 'pulverización' con productos químicos por el flameado, que se efectúa atando un trozo de algodón al final de una varilla metálica.
Los 'boxes' y jaulas de transporte, dependiendo del material en que hayan sido construidos, pueden ser también fregados con agua de lejía o zotal, y después de quedar perfectamente secos se someten a una pulverización con spray acaricida, especialmente cuidadosa a lo largo de cercos, junturas y molduras de madera.
Los recovecos y aditamentos supérfluos dificultan la perfecta higiene, propiciando refugios accesibles a los diversos ectoparásitos, por lo cual las salas sencillas con una repisa elevada donde situar la colchoneta se muestran muy adecuadas como perreras. El encalado de las paredes puede efectuarse al menos semestralmente y tiene la doble finalidad de blanquear los muros y desinfectarlos mediante la adición a la pasta de pintura de productos insecticidas especiales para establos y albergues de animales,...
Los excrementos y orines que los animales dejan en los alojamientos, cuando no son 'paseados' varias veces al día, deben retirarse y eliminarse con agua a presión y un cepillado posterior con agua de lejía o agua de zotal, que se hará con un cepillo de raíces dotado de un mango largo. Mientras se limpia, por ejemplo, el recinto cubierto, se confinan los perros en el parque y viceversa, hasta terminar el aseo diario.