“Mundo Joven

“Mundo Joven” fue un semanario valioso, bien hecho y magníficamente dirigido. Su editora tenía que ver con sectores religiosos filo Opus, pero tuvo el acierto de no impregnar a su revista de ideología dura y dejar hacer a los “musiqueros” que por allí pululaban al lado de periodistas de confianza de la casa. Tenían la redacción en la calle Luisa Fernanda de Madrid y aparecieron como secuela de la revista “Tele Guía” que entonces editaba aquella empresa y que cerraría para dar paso en los kioscos a la nueva criatura. En su redacción, una plantilla diversa entre cuyos nombres recuerdo a Manuel Leguineche, Jesús Torbado, Jesús Picatoste y José Manuel Alonso Ibarrola (como directores), José María Iñigo, Lluis Crous, Camino Ciordia, Pilar Cambra, Pilar Urbano (¡sí, si, ella misma), Charo Martínez Garin, y otros compañeros y compañeras mártires que dedicaron a aquella aventura los mejores años de sus vidas.

En “Mundo Joven” se hablaba del Festival de Woodstock y del de la isla de Wight, se reseñaban los conciertos que tenían lugar en los Estados Unidos y en Gran Bretaña, se ofrecían buenas entrevistas y se escribía con corrección. Un lujo que se miraba de reojo en espejos foráneos como la francesa “Salut les Copains”, que entonces leíamos con fruición.
(18 de Marzo de 1972)
(3 de Junio de 1972)
El cuerpo de san Elfego fue recuperado y sepultado en San Pablo de Londres. En 1023, el rey Canuto de Dinamarca le trasladó solemnemente a Canterbury. Uno de los sucesores de san Elfego, Lanfranco, dijo a san Anselmo que su antecesor no había muerto por la fe, pero el santo le respondió que morir por la justicia era lo mismo que morir por Dios. Los ingleses siempre han considerado como mártir a san Elfego. Su nombre se halla en el Martirologio Romano y las diócesis de Westminster, Clifton, Portsmouth...
Algunos meses más tarde, fue puesto en libertad, a raíz de una misteriosa epidemia que se había propagado entre los daneses; pero, a pesar de que san Elfego había curado a muchas víctimas con su bendición y con el pan bendito, los bárbaros exigieron todavía tres mil coronas de oro por su persona. El arzobispo declaró que la región era demasiado pobre para pagar esa suma. Así pues, los daneses le llevaron a Greenwich y le condenaron a muerte, por más que un noble danés, Thorkell el Alto, trató de...
En aquella época, los daneses hacían frecuentes incursiones en Inglaterra. En 1011, unidos al conde Edrico, que se había rebelado, marcharon contra Kent y pusieron sitio a Canterbury. Los principales de la ciudad rogaron al arzobispo que huyese, pero san Elfego se negó a hacerlo. La ciudad cayó, por traición, y los daneses degollaron a gran cantidad de hombres y mujeres de todas las edades. San Elfego se dirigió al lugar de la ciudad en que se estaban cometiendo los peores crímenes y, abriéndose...
A la muerte de san Etelwoldo, el año 984, san Dunstano obligó a Elfego a aceptar el obispado de Winchester, a pesar de que no tenía más que treinta años de edad y se resistía a ello. En esa alta dignidad las excepcionales cualidades de san Elfego encontraron ancho campo de actividad. Su liberalidad con los pobres era tan grande que, durante su episcopado, no había un solo mendigo en Winchester. Como seguía practicando las mismas austeridades que en el convento, los prolongados ayunos le hicieron...
Breve Biografía

San Elfego ingresó muy joven en el monasterio de Deerhurst, en Gloucestershire. Más tarde se retiró a la soledad, cerca de Bath y llegó a ser abad del monasterio de Bath, fundado por segunda vez por san Dunstano. Elfego no toleraba la menor relajación de la regla, pues sabía cuán fácilmente las concesiones acaban con la observancia en los conventos. Solía decir que era mejor permanecer en el mundo que ser un monje imperfecto.