Super HUMOR, 13, Rue del Percebe, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

6 de Marzo

•1961: en España se publica la primera página de 13, Rue del Percebe en la revista de historietas española Tiovivo.

Otros medios

El edificio y varios de los personajes que lo habitan, como el tendero, el ladrón, o la portera, dieron el salto a la gran pantalla al aparecer en algunas escenas de la película La gran aventura de Mortadelo y Filemón, basada en los personajes más conocidos del autor. En la película, el 13 de la Rue del Percebe, es el edificio donde vive la madre de Filemón, teniendo como vecinos a los personajes de la historieta

En mayo de 2010 la casa y sus inquilinos fueron los protagonistas de un anuncio de la conocida marca de refrescos "La Casera" de la mano de la agencia de publicidad GREY. Este anuncio lo dirigió Javier Fesser quien ya los llevara al cine en la película de Mortadelo y Filemón mencionada arriba, aunque al contrario que entonces en que solo aparecían unos pocos de los personajes, en esta ocasión están representados casi todos los vecinos clásicos del edificio.

En 2009 el escritor Alberto Gimeno publicó la novela Hotel Dorado, abiertamente inspirada en la historieta y en la que trata de dar verosimilitud a los caricaturescos personajes.
(6 de Marzo de 1961)
El corazón de Alfege, amable, reconoció una deuda con su hermano, y le ofreció compartir el trono. Ambos reinaron, en una historia hasta entonces nunca vista, durante muchos años y en buena salud. Y, como la bondad siempre impera, fueron amados y admirados allá donde fueron. Y pronto, en todo reino y en cada rincón, fueron conocidos en buena fama.
El Rey Alfege no tardó en contraer matrimonio con la persona que realmente amaba: Zaida. El gozo se completó cuando a la boda acudió la Reina Amable. Ésta se aseguró que el Hada de la Montaña, única persona que podía obrar en contra de Alfege, perdía todo el poder sobre el nuevo Rey. Para ello, la obligó a pasar un tiempo con los recién casados, agasajándolos con costosos regalos, y finalmente se retiró para siempre a su lejano país.
Alfege se arrojó a los brazos de su hermano y, juntos, abrazados, acudieron al palacio real. En presencia de toda la corte el Príncipe Alfege se convirtió en Rey, y su hermano portó el honor de colocarle la corona. Para disipar cualquier sombra de duda sobre su identidad, pues nadie daba crédito a la reaparición del joven apuesto, el Rey Alfege mostró el rubí que la Reina Amable le había regalado en su infancia para protegerse. Mientras todos clavaban la mirada en el sello, éste estalló con un ruido...
El Rey acabó reconociendo en él a su medio hermano, quien había desaparecido hace años y había sido dado por muerto. En todo momento, como hemos podido contemplar, el Rey había mostrado un talante elegante y justo, no se había dejado persuadir por las malévolas pretensiones de su madre, y no iba a ser menos en ese instante. Con una honradez inusitada, reconoció el derecho al trono de Alfege, y abdicó en su favor allí mismo, frente a la mirada atónita de todos, al tiempo que le besaba la mano en señal...
Sin andarse con rodeos, el Rey les dijo a la madre y la hija que era consciente del complot contra su persona, y merecía unas explicaciones al respecto. Antes de que ninguna de ellas respondiese, Alfege entró en escena valientemente, reclamando la atención y reconociendo su responsabilidad. Su forma de hablar era tan digna, entusiasta y con gracia, que todos los presentes lo escucharon absortos.