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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

principios de los cincuenta
Foto enviada por Milagros

El príncipe feliz. Oscar Wilde

"En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz.

Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada.

Por todo lo cual era muy admirada.

-Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo ... (ver texto completo)
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Y realmente no lo era.

- ¿Por qué no eres como el Príncipe Feliz? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Príncipe Feliz no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito.

-Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa.

-Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestidos con sus soberbias capas escarlatas y sus bonitas ... (ver texto completo)
El príncipe feliz. Oscar Wilde

"En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz.

Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada.

Por todo lo cual era muy admirada.

-Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo ... (ver texto completo)
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Eran tantos los trapos de Mariquita que los escaparates de las jugueterías donde se exhiben al público llegan a convertirse en una suerte de tiendas de alta costura. Llamarlas "Boutiques", como correspondería, estaba prohibido. Los extranjerismos no tenían cabida en la Nueva España de los años 40...
...
Suerte que entonces, como dije antes, no conocía yo a la Srta. Pérez, porque de haberlo sabido, seguro que algún azote en el culo me hubiese ganado, porque conociéndome como me "conozgo", seguro que hubiese tenido ganas de tener una muñeca tan preciosa, y de estar todo el día con la misma "pejiguera": ¡YO QUEDO UNA MUNECAAAAAAAAA MARIQUITAAAAAAAAAAA, HIP, HIP. YO QUEDO UNA MUNECAAAAAAAAA.......!
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Muchas modistas fueron las que cosieron en aquellos años los vestidos de esta niña "bien", y digo niña bien porque sus creadoras no tardan en proporcionar una identidad a un juguete que quiere ser el fiel reflejo de la burguesía franquista.
Mariquita Pérez, al principio, el cuerpo lo tiene como Pepona, de cartón-piedra, y sólo la cara, la tiene de porcelana. LLeva una peluca de cabello natural, los ojos pintados y fijos, y más tarde se añaden pestañas móviles. Los brazos son articulados y pintados ... (ver texto completo)
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Eran tantos los trapos de Mariquita que los escaparates de las jugueterías donde se exhiben al público llegan a convertirse en una suerte de tiendas de alta costura. Llamarlas "Boutiques", como correspondería, estaba prohibido. Los extranjerismos no tenían cabida en la Nueva España de los años 40...
Como suele ocurrirme muchas veces, me he ido por los cerros de Úbeda, pues no era de mi muñeca Pepona de quién quería hablaros.
Quería hablaros de la muñeca llamada Mariquita Pérez, por la que todas las chicas se "pirriaban".
Nació Mariquita unos diez años más o menos antes que yo, y "su mamá" fue una señora que se llamaba Leonor Coello de Portugal, que se asoció con el fin de lanzarla al mercado con su amiga Pilar Luca de Tena.
Las nuevas colaboradoras contactaron con un juguetero artesano llamado ... (ver texto completo)
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Muchas modistas fueron las que cosieron en aquellos años los vestidos de esta niña "bien", y digo niña bien porque sus creadoras no tardan en proporcionar una identidad a un juguete que quiere ser el fiel reflejo de la burguesía franquista.
Mariquita Pérez, al principio, el cuerpo lo tiene como Pepona, de cartón-piedra, y sólo la cara, la tiene de porcelana. LLeva una peluca de cabello natural, los ojos pintados y fijos, y más tarde se añaden pestañas móviles. Los brazos son articulados y pintados ... (ver texto completo)
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La Pepona que yo tuve, como ya he dicho en el anterior mensaje, la "deshice" en una artesa llena de agua que mi madre tenía preparada para lavar "los paños de hacer el queso". Se me ocurrió meterla en remojo para bañarla, y como era de cartón, pues... ¡Me quedé sin Pepona!
Como suele ocurrirme muchas veces, me he ido por los cerros de Úbeda, pues no era de mi muñeca Pepona de quién quería hablaros.
Quería hablaros de la muñeca llamada Mariquita Pérez, por la que todas las chicas se "pirriaban".
Nació Mariquita unos diez años más o menos antes que yo, y "su mamá" fue una señora que se llamaba Leonor Coello de Portugal, que se asoció con el fin de lanzarla al mercado con su amiga Pilar Luca de Tena.
Las nuevas colaboradoras contactaron con un juguetero artesano llamado ... (ver texto completo)
Cuando me sacaron esta foto, sujetando una muñeca de cartón con mi mano izquierda, poco podía imaginar que existía en el mercado una, por la que todas las chicas de entonces "se pirriaban".
Yo ya sabía, y había "deshecho", en el mejor sentido literal de la palabra, que existía una a la que se le llamaba Pepona y su creador había sido, según supe más tarde, un señor que se llamaba Emilio Gil Moreno, de murcia.
ESte señor, fabricante de juguetes, en los años 20 ya había publicitado a sus muñecas ... (ver texto completo)
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La Pepona que yo tuve, como ya he dicho en el anterior mensaje, la "deshice" en una artesa llena de agua que mi madre tenía preparada para lavar "los paños de hacer el queso". Se me ocurrió meterla en remojo para bañarla, y como era de cartón, pues... ¡Me quedé sin Pepona!
Cuando me sacaron esta foto, sujetando una muñeca de cartón con mi mano izquierda, poco podía imaginar que existía en el mercado una, por la que todas las chicas de entonces "se pirriaban".
Yo ya sabía, y había "deshecho", en el mejor sentido literal de la palabra, que existía una a la que se le llamaba Pepona y su creador había sido, según supe más tarde, un señor que se llamaba Emilio Gil Moreno, de murcia.
ESte señor, fabricante de juguetes, en los años 20 ya había publicitado a sus muñecas ... (ver texto completo)
En la filosofía de la grecia antigua, se consideraba que el "logos" constituía el principio controlador y unificador del universo. Heráclito (540-480 a. C.) definía el "logos" como el "principio universal a través del cual todas las cosas estaban interrelacionadas y sucedían todos los acontecimientos naturales". Para los estoicos, "logos" era el principio regidor y generador, inmanente y activo en toda realidad y omnipresente en todo cuanto existe. Según Philo -filósofo judío griegoparlante, contemporáneo ... (ver texto completo)
El Hamlet de Shakespeare señalaba: " no hay más bien ni mal que el que el pensamiento construye".
Las fantasías o las alucinaciones son experiencias que se generan desde el cerebro en lugar de ser percibidas por los sentidos.
En la filosofía de la grecia antigua, se consideraba que el "logos" constituía el principio controlador y unificador del universo. Heráclito (540-480 a. C.) definía el "logos" como el "principio universal a través del cual todas las cosas estaban interrelacionadas y sucedían todos los acontecimientos naturales". Para los estoicos, "logos" era el principio regidor y generador, inmanente y activo en toda realidad y omnipresente en todo cuanto existe. Según Philo -filósofo judío griegoparlante, contemporáneo de Jesús-, "logos" era el punto intermedio entre la realidad última y el mundo perceptible. ... (ver texto completo)
Los sentidos constituyen nuestras "ventanas al mundo" y toda la información de la que disponemos acerca de nuestra existencia física procede de estas ventanas.
Las fantasías o las alucinaciones son experiencias que se generan desde el cerebro en lugar de ser percibidas por los sentidos.
Los órganos sensoriales constituyen las facultades por las que los humanos y otros animales percibimos el mundo que nos rodea.
Los sentidos constituyen nuestras "ventanas al mundo" y toda la información de la que disponemos acerca de nuestra existencia física procede de estas ventanas.
Nuestra experiencia constituye la materia prima a partir de la cual creamos nuestros propio mapas o modelos del mundo.
Los órganos sensoriales constituyen las facultades por las que los humanos y otros animales percibimos el mundo que nos rodea.
Toda la información que nos llega por medio de los sentidos es constantemente codificada o envuelta en conocimiento precedente.
Nuestra experiencia constituye la materia prima a partir de la cual creamos nuestros propio mapas o modelos del mundo.
La experiencia es el conocimiento acumulado a lo largo de nuestra vida, además de ser, según dicen, la madre de la ciencia.
Toda la información que nos llega por medio de los sentidos es constantemente codificada o envuelta en conocimiento precedente.