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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Tumba de un cruzado. Cedida por Estrella Castaño

Estas semejanzas hacen suponer que ambas piezas procedan del mismo taller, aunque el problema de los talleres nunca se ha llegado a estudiado en los escarabeos fenicio-púnicos. Sin embargo, no parece seguro que sean de la misma mano, pues ofrecen distinta forma de rellenar el neb, la forma del gorro de la divinidad es diferente, más apuntado en el escarabeo de Ibiza, y, sobretodo, parece algo más esquemático y duro el estilo de la pieza de la Colección Moreno.
Este escarabeo púnico de Alconchel ofrece una semejanza sorprendente con otra pieza muy similar, de 14 x 11 mm., también de tipo V y con una simple línea de contorno procedente de Ibiza (fig. 4), que formaba parte de la Colección del General Moreno (Vives y Escudero, 1917, no 347, lám. 25,3; Almagro, 1964, lám. 7,10; Boardman, 1984, no 70; id., 2003, no 17-4; Gubel, 1987, no 97). Ambos escarabeos representan a la divinidad sentada en un trono semejante y con el mismo vestido y disposición de sus ... (ver texto completo)
El precedente de esta figura entronizada puede considerarse las representaciones entronizadas del área sirio-palestina de la Edad del Bronce, como las que aparecen en marfiles de Megiddo (Loud 1939, lám. 4 y 32, no 160; Decamps 1955, lám. 36, no 343) o en el sarcófago del rey Ahiram de Biblos (Montet, 1928, 232-233, lám. 131; Parrot et al., 1975, fig. 77; Gubel, 1987, 37 s., lám. 1; Ferron, 1992; Rehm, 2004, lám. 1-3), por lo que en ocasiones se ha supuesto que pudiera representar a un rey, aunque en tal caso se trataría de un rey divinizado tras la muerte, pues el uso de trono con o sin esfinges es un atributo propio de la divinidad, que utiliza la diosa Astart (Bonet, 1996, 150 s., lám. 5, 6 y 10; Boardman, 2003, no 20/1 s.) y también la diosa Isis aparece normalmente representada en un trono semejante al que ocupa la divinidad representada en el escarabeo de Alconchel (id., 2003, no

10-34 a 10-37, 11-72 a 11-75, 11-83 a 11-113; id., 1984, no 52-55), probablemente Baal. ... (ver texto completo)
Sin embargo, lo que mejor lo caracteriza es la iconografía que ofrece, relativamente frecuente en escarabeos púnicos, particularmente bien representada en las necrópolis de Ibiza. Consiste en la representación de un dios entronizado ante un thy- miaterion que sostiene una lanza en la mano, por lo que cabe interpretar esta figura como una divinidad, probablemente Baal Hammon (Culican, 1968, 57-62; Zazof, 1969, 14, fig. 41; Xella, 1991, 110 s., lám. 7; Cornelius, 1994).
ESTUDIÓ ESTILÍSTICO Y PARALELOS

El escarabeo de Alconchel de la Estrella es un escarabeo púnico típico, que corresponde al tipo Va de Vercoutter (1945, 10), caracterizado por su grosor y su protórax curvado y separado por líneas de los élitros.
Otro hecho que cabe señalar es que el pequeño tamaño de las fíbulas, destinadas a prendas delicadas, seguramente de lino, la abundancia en el ajuar de cuentas de collar y, quizás, la presencia de agujas o alfileres de vestir indican que la tumba muy probablemente era de una mujer, que cabría considerar de élite. Este detalle permite atri- buir este escarabeo a una sepultura femenina, lo que resulta relativamente habitual en la Hispania prerromana (Padró, 2003, 249) y viene a incidir sobre la relación discutida de los escarabeos con las tumbas femeninas. En Medellín dos escarabeos aparecieron en tumbas de hombres y otros dos en tumbas de mujeres, por lo que, aunque la muestra es muy reducida (Almagro-Gorbea, 2008, fig. 512), es evidente que algunas tumbas de mujer poseían escarabeos, como también lo confirmaría el “Tesoro de Aliseda”, interpretable como el ajuar de una tumba femenina (Almagro-Gorbea 1977, 220; id. et al., 2009). Igualmente, en Villaricos, una de las 3 tumbas en las que se pudo determinar el sexo a través de los ajuares era de mujer, lo que supone, al menos, un 30% del total (M. J. Almagro Gorbea y Almagro-Gorbea, 2009). Aunque se debe ser prudente frente a la hipótesis planteada por Padró (2003, 249) de que los escarabeos se relacionan con tumbas femeninas, es evidente que además de ser considerados como objetos mágicos, tam- bién tenían carácter de elemento de estatus social y, en concreto, de explicitación de la propiedad, lo que puede perfectamente explicar su uso femenino como parece ocurrir en este caso, aunque no sea posible generalizar este hecho. ... (ver texto completo)
Este ajuar no resulta muy concluyente, sobretodo porque carece de urna cineraria. Sin embargo, las fíbulas parecen datarse hacia el siglo V a. C., pues sólo la no 57/3 podría alcanzar el inicio del siglo IV a. C., mientras que los restantes objetos ofrecen una cronología aún menos precisa, pero que está de acuerdo con la que se desprende del estudio tipológico y estilístico del esacarabeo. En todo caso, la fíbula ‘Alconchel’ (fig. 3 y 4) es un tipo raro, del que han aparecido diversos ejemplares en esta necrópolis de Alconchel (Millán, 1990, 198, fig. 7) y en la próxima de Villarejo de Fuentes (Millán, comunicación personal), lo que permite suponer que se trata de una creación del artesanado local de esa zona de la Carpetania (tipo “Alconchel”). Este tipo de fíbula, con el puente muy ensanchado pudiera aproximarse a algunos ejemplares proce- dentes de la Celtiberia, especialmente a algunas fíbulas de doble resorte de tipología avanzada (Argente, 1994, fig. 53, no 463; 59, no 531, 66, no 620- 621; 72, no 665; 86, no 765; 93, no 814), así como a ejemplares de las necrópolis de Hoya de Santa Ana y de Casa del Monte, en Albacete (Sanz Gamo et al., 1992, 90 s., fig. 4,5 no 14 y 4,6, no 18 y 19) que pueden considerarse tipos locales derivados de fíbulas de tipo Acebuchal (id., fig. 4,5, no 12 a 17), más que de las de “placa romboidal”, tipo 9B5 de Argente (1994, 98, fig. 11B, 5, 17 y 82-83), lo que permite suponer que esta rara pieza podría fecharse, mejor que en un siglo VI a. C. avanzado, ya en el siglo V a. C., como indica el extremo de su puente en forma de cabeza de ánade.
Enviado por eu el 17/08/2018 a las 18:48 ... (ver texto completo)
El ajuar que se pudo recuperar fue el siguien- te (fig. 3):

1.- Escarabeo púnico de lidita;
2.- Fíbula de bronce de tipo “Alconchel”, que quizás pudiera considerarse como un tipo ‘Acebuchal’ muy evolucionado, con el puente muy ensanchado con dos lí- neas longitudinales;
3.- Fíbula anular hispánica con anillo moldurado y puente de navecilla, de 2 cm. de diámetro, tipo de fíbula anular poco frecuente, que parece derivar de los tipos antiguos con alambre enrollado (Argente, 1994, no 23 y 39), ... (ver texto completo)
CONTEXTO ARQUEOLÓGICO

Este escarabeo apareció en la sepultura 57 de la necrópolis del Cerro de la Virgen. Esta tumba había sido parcialmente violada y no es seguro que el ajuar conservado esté completo, pues resulta extraña la ausencia de la urna, como tampoco se puede asegurar que todos los objetos correspondan a la sepultura, pues alguno, como el fragmento de cerámica (no 57/33), pudiera ser una intrusión de una tumba destruida.
En el campo de la parte superior, entre la ca- beza del dios y su lanza, ligeramente por encima de ambas, aparece un signo solar con un creciente invertido superpuesto, mientras que la escena se representa sobre una base en forma de segmento circular, a modo del ‘cesto’ o signo jeroglífico nb relleno por un reticulado.

Dimensiones: Longitud: 16 mm; Anchura máxima: 12 mm; Grosor: 8 mm; Grosor de la perfo- ración: 3 mm.
Ante la divinidad aparece un thymiaterion o candelabro encendido, formado por una base triangular alargada sobre la que se alza el cuerpo constituido por un vástago central con tres esferas superpuestas, que representan otros tantos capite- les de hojas (Almagro, 1964; Jiménez Ávila, 2002, 165 s.), la superior de tamaño algo mayor. Por en- cima de esta última aparece una especie de platillo horizontal, que es el thymaterion, y sobre éste, un elemento triangular, que representa la materia aro- mática ... (ver texto completo)
El dios está sentado en un trono o sillón bajo, aunque entre la figura del dios y el asiento queda libre una estrecha zona. Las patas delanteras del trono son más finas que las traseras, pero el detalle más característico en el estilizado respaldo del trono es, amplio y muy recurvado hacia atrás.
La divinidad parece estar vestida con una túnica de mangas largas que llega hasta media pantorrilla. La túnica parece ofrecer un cinturón, señalado por una línea incisa, y su parte inferior está cubierta por líneas incisas paralelas, de arriba abajo y de izquierda a derecha en la parte superior y en sentido contrario en la inferior, que acaba con tres líneas incisas paralelas al borde de la túnica a modo de cenefa o franja decorativa. Por debajo de la túnica aparecen las piernas, abiertas con una doble línea vertical, que acaba en sendos abultamientos que representan los pies. ... (ver texto completo)
La divinidad presenta la mano derecha extendida hacia delante y empuña una lanza vertical, cuya punta se ha representado por medio de un mayor engrosamiento, mientras que el brazo derecho aparece doblado con el antebrazo alzado y la palma abierta en la actitud ritual “de saludo” característica del mundo púnico (vid. infra). La mano, representada con particular cuidado, está formada por el dedo pulgar y la esquematización de los restantes dedos vistos de perfil, con una estilización curvilínea muy ... (ver texto completo)
Representa una divinidad masculina sentada en un trono con una lanza o, más bien, un cetro en su mano derecha rematado en una hoja. La divinidad se ha representado hacia la izquierda (fig. 2B), lado que sería el derecho en la impronta real (fig. 2D). Ofrece su cabeza cubierta por un gorro semiesférico, por detrás del cual sobresale una abundante cabellera que no llega a caer sobre los hombros. De su cara se aprecian los ojos, los labios y, probablemente, una barba apuntada.