Ya en la Península Ibérica los hallazgos se distribuyen por toda la costa, desde Ampurias en Gerona hasta el Atlántico en Portugal, por lo que los escarabeos púnicos deben considerarse uno de los elementos que mejor documentan la presencia y el influjo púnico en Hispania, con un cuadro que los continuos hallazgos permiten diferenciar cada vez mejor del que ofrecen los escarabeos egipcios y fenicios arcaicos (Gamer, 1978; Padró, 1980, 1983, 1995; García Martínez, 2001).