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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Foto escolar
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

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El niño, desde bien pequeño, sabe que lo que se le cuenta no es real (¡un lobo hablando con una niña, qué absurdo!), pero lo acepta regocijado porque cuando lee o escucha un relato no está buscando certezas ni confirmaciones científicas de la realidad, sino trasgresiones y puertas para penetrar en el agujero negro (en esta ocasión, recubierto de un esmalte multicolor) de la fantasía, la irrealidad y los imposibles satisfechos...
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La utopía hecha cotidianidad, lo paranormal traducido en lo políticamente correcto, lo onírico, lo realista, lo íntimo y lo exterior, la exuberancia y la sencillez, la brutalidad y la ternura, lo pretérito, lo presente y lo por venir, lo modestamente mío y lo gozosamente nuestro… todo explota en un arco iris jacarandoso cuando es tocado por la pluma del escritor o por el exultante y creativo pincel del ilustrador...
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Los cuentos están poblados de situaciones y personajes reales o fantásticos que el niño puede evocar mental y verbalmente, pero el poder de la palabra y el gesto del narrador les confieren una magia y un sabor indescriptibles...
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El niño, desde bien pequeño, sabe que lo que se le cuenta no es real (¡un lobo hablando con una niña, qué absurdo!), pero lo acepta regocijado porque cuando lee o escucha un relato no está buscando certezas ni confirmaciones científicas de la realidad, sino trasgresiones y puertas para penetrar en el agujero negro (en esta ocasión, recubierto de un esmalte multicolor) de la fantasía, la irrealidad y los imposibles satisfechos...
"Contar cuentos es una tarea apasionante, motivadora y gratificante, no sólo para el oyente sino también para el narrador. Éste posee un poder inmensamente maravilloso e iniciático, ya que a través del cuento todo lo que el niño conoce cobra movimiento y actúa de formas irreales, mágicas e incluso absurdas que llenan su universo mental de matices oníricos, catárticos y evocadores...
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Los cuentos están poblados de situaciones y personajes reales o fantásticos que el niño puede evocar mental y verbalmente, pero el poder de la palabra y el gesto del narrador les confieren una magia y un sabor indescriptibles...
Cuentos así son los que nos hubiesen tenido que contar en estos días de Todos los Santos y Difuntos.
Con cuentos así, no se pasa miedo, pero con aquellos que nos explicaban a nosotros por estas fechas, bien fuesen los hermanos mayores, la vecina, o nuestras propias abuelas, esos sí que te ponían los pelos como escarpias, y el tembleque en las rodillas...
De aquellos cuentos, -no sé si será debido a la memoria selectiva-, sólo recuerdo retazos de algunos de ellos.
En uno de aquellos cuentos, ... (ver texto completo)
"Contar cuentos es una tarea apasionante, motivadora y gratificante, no sólo para el oyente sino también para el narrador. Éste posee un poder inmensamente maravilloso e iniciático, ya que a través del cuento todo lo que el niño conoce cobra movimiento y actúa de formas irreales, mágicas e incluso absurdas que llenan su universo mental de matices oníricos, catárticos y evocadores...
Cuentos así son los que nos hubiesen tenido que contar en estos días de Todos los Santos y Difuntos.
Con cuentos así, no se pasa miedo, pero con aquellos que nos explicaban a nosotros por estas fechas, bien fuesen los hermanos mayores, la vecina, o nuestras propias abuelas, esos sí que te ponían los pelos como escarpias, y el tembleque en las rodillas...
De aquellos cuentos, -no sé si será debido a la memoria selectiva-, sólo recuerdo retazos de algunos de ellos.
En uno de aquellos cuentos, ... (ver texto completo)
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- ¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Ven con nosotras!

- ¿Quiénes son? -murmuró la muchacha, dándose cuenta de que había recobrado la voz-. ¿Dónde están?

-Estás con nosotras en el cielo. Somos las hadas del viento. No tenemos alma como los hombres, pero es nuestro deber ayudar a quienes hayan demostrado buena voluntad hacia ellos.

La Sirenita, conmovida, miró hacia abajo, hacia el mar en el que navegaba el barco del príncipe, y notó que los ojos se le llenaban de lágrimas, mientras las hadas le ... (ver texto completo)
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Y la Sirenita, levantando los brazos al cielo, lloró por primera vez.

Oyéronse de nuevo en el buque los cantos de alegría: vio al Príncipe y a su linda esposa mirar con melancolía la espuma juguetona de las olas. La Sirenita, en estado invisible, abrazó a la esposa del Príncipe, envió una sonrisa al esposo, y en seguida subió con las demás hijas del viento envuelta en una nube color de rosa que se elevó hasta el cielo.

FIN. H. C. Andersen
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- ¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Ven con nosotras!

- ¿Quiénes son? -murmuró la muchacha, dándose cuenta de que había recobrado la voz-. ¿Dónde están?

-Estás con nosotras en el cielo. Somos las hadas del viento. No tenemos alma como los hombres, pero es nuestro deber ayudar a quienes hayan demostrado buena voluntad hacia ellos.

La Sirenita, conmovida, miró hacia abajo, hacia el mar en el que navegaba el barco del príncipe, y notó que los ojos se le llenaban de lágrimas, mientras las hadas le ... (ver texto completo)
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Pero el destino le reservaba otra sorpresa. Un día, desde lo alto del torreón del castillo, fue avistada una gran nave que se acercaba al puerto, y el príncipe decidió ir a recibirla acompañado de la Sirenita.

La desconocida que el príncipe llevaba en el corazón bajó del barco y, al verla, el joven corrió feliz a su encuentro. La Sirenita, petrificada, sintió un agudo dolor en el corazón. En aquel momento supo que perdería a su príncipe para siempre. La desconocida dama fue pedida en matrimonio ... (ver texto completo)
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El joven estaba inconsciente, mientras la Sirenita, nadando con todas sus fuerzas, lo sostenía para rescatarlo de una muerte segura. Lo sostuvo hasta que la tempestad amainó. Al alba, que despuntaba sobre un mar todavía lívido, la Sirenita se sintió feliz al acercarse a tierra y poder depositar el cuerpo del joven sobre la arena de la playa. Al no poder andar, permaneció mucho tiempo a su lado con la cola lamiendo el agua, frotando las manos del joven y dándole calor con su cuerpo.

Hasta ... (ver texto completo)
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Cuando llegó a la mansión paterna, la Sirenita empezó su relato, pero de pronto sintió un nudo en la garganta y, echándose a llorar, se refugió en su habitación. Días y más días permaneció encerrada sin querer ver a nadie, rehusando incluso hasta los alimentos. Sabía que su amor por el joven capitán era un amor sin esperanza, porque ella, la Sirenita, nunca podría casarse con un hombre.

Sólo la Hechicera de los Abismos podía socorrerla. Pero, ¿a qué precio? A pesar de todo decidió consultarla.

- ... (ver texto completo)
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A bordo parecía que todos estuviesen poseídos por una extraña animación y, al cabo de poco, la noche se llenó de vítores: “ ¡Viva nuestro capitán! ¡Vivan sus veinte años!” La pequeña sirena, atónita y extasiada, había descubierto mientras tanto al joven al que iba dirigido todo aquel alborozo. Alto, moreno, de porte real, sonreía feliz. La Sirenita no podía dejar de mirarlo y una extraña sensación de alegría y sufrimiento al mismo tiempo, que nunca había sentido con anterioridad, le oprimió ... (ver texto completo)
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El joven estaba inconsciente, mientras la Sirenita, nadando con todas sus fuerzas, lo sostenía para rescatarlo de una muerte segura. Lo sostuvo hasta que la tempestad amainó. Al alba, que despuntaba sobre un mar todavía lívido, la Sirenita se sintió feliz al acercarse a tierra y poder depositar el cuerpo del joven sobre la arena de la playa. Al no poder andar, permaneció mucho tiempo a su lado con la cola lamiendo el agua, frotando las manos del joven y dándole calor con su cuerpo.

Hasta ... (ver texto completo)
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A bordo parecía que todos estuviesen poseídos por una extraña animación y, al cabo de poco, la noche se llenó de vítores: “ ¡Viva nuestro capitán! ¡Vivan sus veinte años!” La pequeña sirena, atónita y extasiada, había descubierto mientras tanto al joven al que iba dirigido todo aquel alborozo. Alto, moreno, de porte real, sonreía feliz. La Sirenita no podía dejar de mirarlo y una extraña sensación de alegría y sufrimiento al mismo tiempo, que nunca había sentido con anterioridad, le oprimió ... (ver texto completo)
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La incredulidad y la indignación recorrieron el mundo del arte y sus amantes cuando salió a la luz su desaparición.

La Sociedad de Amigos del Louvre, que tampoco organiza conmemoración alguna del aniversario, ofreció en 1911 una importante recompensa monetaria a quien ayudase a localizar el cuadro, una suma que acabó recibiendo el anticuario italiano que alertó a la policía...
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Frente a las múltiples especulaciones que circulan sobre la llegada a la corte francesa del cuadro, el Louvre señala que, "al parecer, Leonardo da Vinci lo trajo a Francia y su alumno y heredero, 'El Salai', lo devolvió a Italia", pero se ignora cómo volvió la obra a la colección de Francisco I, en cuya corte desempeñó Da Vinci (1452-1519) su talento en los últimos años de su vida. EFE
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El Louvre, que presenta el cuadro como "Portrait de Lisa Gherardini, épouse de Francesco del Giocondo" y que no ha previsto acto alguno en rememoración del evento, informa de que "el robo fue descubierto el 21 agosto de 1911" por el pintor Louis Béroud, quien alertó a los guardianes del museo.

Algunos estudiosos aseguran que los vigilantes habían ya detectado el hueco dejado en el muro horas antes, incluso un día antes de que se diese, finalmente, la alerta, pero pensaron que había sido traslado ... (ver texto completo)
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La incredulidad y la indignación recorrieron el mundo del arte y sus amantes cuando salió a la luz su desaparición.

La Sociedad de Amigos del Louvre, que tampoco organiza conmemoración alguna del aniversario, ofreció en 1911 una importante recompensa monetaria a quien ayudase a localizar el cuadro, una suma que acabó recibiendo el anticuario italiano que alertó a la policía...
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Valfierno habría hecho pintar seis copias del cuadro a un virtuoso falsificador con el objeto de estafar a otros tantos millonarios que pensarían que estaban en posesión del lienzo robado.

"En mi opinión nada de eso es verdad", dice a Efe el autor de "Une femme disparaît. Le vol de la Joconde au Louvre en 1911" (Una mujer desapaecida. El robo de la Gioconda en el Louvre en 1911), Jérôme Coignard, quien, basándose en unos artículos publicados en 1915 por Georges Prade, cree que el promotor ... (ver texto completo)
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El Louvre, que presenta el cuadro como "Portrait de Lisa Gherardini, épouse de Francesco del Giocondo" y que no ha previsto acto alguno en rememoración del evento, informa de que "el robo fue descubierto el 21 agosto de 1911" por el pintor Louis Béroud, quien alertó a los guardianes del museo.

Algunos estudiosos aseguran que los vigilantes habían ya detectado el hueco dejado en el muro horas antes, incluso un día antes de que se diese, finalmente, la alerta, pero pensaron que había sido traslado ... (ver texto completo)
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Para fortuna de ambos, entonces unos veinteañeros, las pistas fueron múltiples. El paso del tiempo ha acabado dirigiendo las especulaciones hacia otros autores.

Algunos expertos atribuyen al supuesto aristócrata argentino Eduardo de Valfierno el encargo a Peruggia del robo...
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Valfierno habría hecho pintar seis copias del cuadro a un virtuoso falsificador con el objeto de estafar a otros tantos millonarios que pensarían que estaban en posesión del lienzo robado.

"En mi opinión nada de eso es verdad", dice a Efe el autor de "Une femme disparaît. Le vol de la Joconde au Louvre en 1911" (Una mujer desapaecida. El robo de la Gioconda en el Louvre en 1911), Jérôme Coignard, quien, basándose en unos artículos publicados en 1915 por Georges Prade, cree que el promotor fue un misterioso bandido alemán traficante de arte, Otto Rosenberg... ... (ver texto completo)