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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Nueva Enciclopedia Escolar, H. S. R
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

-Si pudiera caminar por la tierra- les dijo-, iría a buscar al príncipe y no me apartaría de su lado.
Un día, no pudiendo soportar más su pena, contó a sus hermanitas lo que había sucedido.
Muchas veces subió a la superficie, en las noches de luna, pero nunca volvió a ver al príncipe.
Pero ella no les respondió. Siempre había sido silenciosa y pensativa, pero en lo sucesivo lo fue aún más. Procuró distraerse cuidando las bellísimas flores de su jardín submarino, pero se puso más triste al recordar las maravillosas flores de la tierra, el color del cielo y la caricia de la brisa.
le preguntaron curiosas sus hermanas.
- ¿Qué es lo que has visto en la superficie?
La sirenita, un poco triste por no haber recibido las gracias de su protegido, volvió de nuevo al fondo del mar y no pudo sonreir desde entonces.
La sirenita vio también que el príncipe sonreía a los que lo aclamaban y que, muy satisfecho, entró con ellos en un gran palacio blanco.
- ¡Nuestro principe se ha salvado!

-gritaron.
Cuando salió el sol, los hombres y las mujeres de la ciudad encontraron al joven en la playa. La sirena, escondida detrás de unas rocas, observó los gestos de alegría de la muchedumbre.
Procuraré mantenerlo a flote y llevarlo hasta la playa.
-Se ha desmayado- dijo la sirenita-.
La pequeña nadó hacia él y lo tomó por los cabellos, antes de que se hundiera.
El mar estaba bastante agitado y la sirenita, llena de espanto, vio cómo un barco se estrellaba contra los arrecifes. De pronto, escuchó la voz de un joven que pedía socorro.
Pero la pequeña, no pudiendo contener su impaciencia, nadó hacia la superficie sin que nadie la viera.