Figura en la ermita de San Blas, CANDELARIA

En cuanto a este hecho, la tradición histórica encarnada en los textos de Fray Alonso de Espinosa cuenta que los guanches trasladaron la imagen de la Virgen desde la cueva de Chinguaro, donde había permanecido «más de treinta o cuarenta años», a la de Achbinico por mediación de Antón Guanche, quien les reveló la verdadera identidad de la talla. Por esta época —mediados del siglo xv— se establece además un eremitorio misional a cargo de varios frailes franciscanos, presumiendo los historiadores que se localizaba en la referida cueva o sus proximidades. A partir de este momento la cueva de Achbinico se convierte en lugar de culto de la imagen, llegando gente de toda la isla para venerarla mediante «fiestas y regocijos, danzas, bailes, pruebas y saltos de mucha ligereza, carreras, luchas, tirar la lanza y otros loables ejercicios», así como grandes banquetes, quedando establecido que estas celebraciones se llevasen a cabo periódicamente. Se intensifica así un proceso de aculturación y sincretismo que se había iniciado con la «aparición» de la imagen de la Virgen. Según el historiador Juan Núñez de la Peña, el 2 de febrero de 1497, ya conquistada la isla por los castellanos, el nuevo gobernador Alonso Fernández de Lugo celebró en esta cueva la primera fiesta de las Candelas o de la Purificación de la Virgen, siendo sacada la imagen en procesión por los reyes guanches vencidos.
(15 de Julio de 2019)