MAL ME QUIEREN MIS COMADRES PORQUE LES DIGO LAS VERDADES; BIEN ME QUIEREN MIS VECINAS PORQUE LES DIGO LAS MENTIRAS: De siempre, la verdad ha sido de difícil digestión para quién se la ha tenido que tragar porque otro se la haya dicho. Y no tanto porque la verdad moleste, sino porque, como regla general, quienes presumen de "decir siempre las verdades" se olvidan, cuando asi lo aseguran, de añadir un pequeño detalle, que a ellos puede parecerles insignificante, pero que es el meollo del asunto: Dicen "las verdades" (que no es lo mismo que verdad), si, pero a destiempo, cuando más daño pueden hacer. Y eso no es, no debe ser asi. Si hay que recriminar a alguien sus actos o recordarle algo desagradable, debe hacerse con tiento, usando de comprension, de modo que no se sienta humillado, no arrojándoselo a la cara ante todos. Haciendo esto último, conseguiremos con toda certeza lo contrario de lo que nos proponemos conseguir con eso. Por lo demás, somos mas asequibles al alago, por engañoso que sea, que a la reprimenda. De ahi que la mentira y la adulacion susciten más adictos que la verdad escueta y dura: hay que tener el animo muy bien templado para escuchar las verdades del barquero y seguir siendo amigo suyo. Un aludo para todos los de Ujo allá donde se encuentren. Que tengáis unas bonitas y alegres fiestas. Puente
