J. Ramón es que antes en los
pueblos, los curas, alcaldes, maestros y médicos, eran INTOCABLES.
Yo he visto, en nuestro
pueblo, como D. Heliodora, en una de nuestras ¿
procesiones?, mas bien caricatura de ellas, aparto y mandó callar (revestido de ceremonial) a una mujer, andaluza claro, que intentó cantar una saeta, al paso... Tu que estás en
Andalucia, sabes del fervor de estas personas.
Si el muy cura fué poco mensajero del evangelio.