Un dia cogio una llave y abrio un cajon que tenia doble fondo y me mostro un fajo de veinticinco y de cincuyenta y de cien y no se cuantas pesetas sumaban, pero era mucho dinero el que Aida tenia alli guardado para lograr su sueño, y entonces aquel sueño me parecio menos sueño, y le pregunte, como es que me enseñas tu tesoro, y me dijo, porque confio en ti, y le dije que yo tambien confiaba en ella, y veia en sus ojos como era la luz del futuro, una mezcla de esperanza y decisiones que ella renovaba cada dia.