Serían las cuatro de la tarde y ya se percibía la
música alta y estridente de los grandes altavoces de las discotecas móviles. La Peña de los Piratas de Laviana y la Peña de los Chiringos, fueron las más madrugadoras.
Grandes
recipientes de bebida eran transportados en camiones y remolques, e incluso un camión
cuba-de-vino con grifería incorporada los acompañaba.