El
río Nalón a su paso por
Las Caldas muestra una mansedumbre inusual en los
ríos del Norte. En esta zona hubo perspectivas de hacer una
Escuela de Piraguismo, un Hípico, etc. Pero debido a la oposición de los vecinos el
ayuntamiento cambió de planes. Yo, encantado de la vida, según está ahora, salvaje, natural, da gusto pasear por su orilla. Un paraíso de los que quedan pocos cerca de las ciudades. Amén