La actual basílica del Pilar es un templo que tiene un largo proceso constructivo. Comienza a finales del siglo XVII (sobre otro templo anterior) y finaliza a mediados del siglo XX. El resultado es un gran
edificio, el mayor templo barroco de
España y el mayor templo de peregrinación mariana del país. Fue diseñado por Felipe Sánchez, y realizado, con modificaciones, por Francisco Herrera el Mozo y Ventura Rodríguez.
El templo se divide en tres naves de idéntica altura, cubiertas con
bóvedas de cañón, en las que se intercalan
cúpulas y bóvedas de plato, pintadas por Goya, Bayeu, y González Velázquez, que están sustentadas por robustos pilares. La
cúpula central, que se alza sobre el
altar Mayor y el magnífico
retablo de Damián Forment es grandiosa, sustentada por gruesos pilares poligonales.
Esta gran cúpula, cuya altura es de 80 metros, la construyeron José Yarza y Miñana y Juan Antonio Atienza entre 1866 y 1869, siguiendo el modelo de la cúpula de
San Pedro del Vaticano.
Bajo la mesa altar se encuentra el sepulcro de san Braulio, su parte frontal es una
placa de plata repujada, fechada en 1751 realizada por los Estrada, padre e hijo.
En lo que se refiere al retablo que ocupa el altar mayor, en el año 1509 el cabildo contrató al
escultor valenciano Damián Forment para tallarlo en alabastro de Escatrón, dedicado a la Asunción de la
Virgen, representada en la
calle central. Fue realizado gracias a la aportación económica del rey Fernando II de
Aragón y de su segunda esposa, Germana de Foie, que contribuyeron con cuatro mil
escudos. En la predela se tallaron siete escenas de la Vida de Jesús, en la calle de la izquierda, la Presentación en el templo; en la calle central, la Asunción de la Virgen; y en la calle de la derecha, el nacimiento de la Virgen.
Ha sido restaurado a finales del año 2022 y luce hoy en todo su esplendor.