Situada en la confluencia del meridional
Huerva y del pirenaico
Gállego con el Ebro, la ibérica Salduie evidenció tempranamente su inmejorable situación estratégica, dada su proximidad a la
vía natural de penetración en la Meseta, el Jalón, y su condición de frontera entre las tres etnias fundamentales asentadas en las
riberas del Ebro: indoeuropeos, íberos y celtíberos.