El antiguo palacio Palafox, ZARAGOZA

El palacio Palafox se sitúa en pleno barrio de La Seo, en la calle Palafox nº 4 (antigua calle de Labata y del General, cercana a la Plaza del Reino), colindante con el palacio del Deán y en la misma calle que se abre la puerta de San Esteban de la catedral del Salvador.

Un dato curioso es que se podía ir desde la antigua Plaza del Reino (hoy integrada en San Vicente de Paúl), entrando al palacio de los Albión (hoy Palafox), y atravesando la Casa Prioral (hoy del Deán), la catedral de La Seo y el Palacio Arzobispal, se pasaba a la Diputación del Reino hasta salir a las casas del Puente y a la Lonja de Mercaderes, sin haber puesto un pie en la calle. Todos estos edificios estaban comunicados por medio de pasadizos.

Durante la primera mitad del siglo XVI la propiedad recaía en los Labata, familia de noble linaje. En la segunda mitad del siglo XVI pasó a los Albión, acaudalados caballeros, los cuales construyeron casa nueva, concluida, según Olivan Bayle, en 1580. Un hecho curioso es que los Albión emparentaron con los Zaporta, ya que en 1574 Mariana de Albión se casó con Luis Zaporta, celebrándose la ceremonia en la capilla de este palacio.
Posteriormente, en el siglo XVII, lo compraron los marqueses de Lazán, para utilizarlo como casa familiar. En ella nació en 1775 José de Palafox y Melcí, héroe de los Sitios de Zaragoza (1808-1809), nombrado Capitán General de Aragón y posteriormente Duque de Zaragoza. No se conoce el verdadero autor del edificio, pero hacia 1785 fue remodelado por el padre del General Palafox, don Juan Felipe Rebolledo de Palafox; y por su diseño, el investigador del arte Javier Martínez Molina lo pone en contacto con Agustín Sanz, arquitecto de gran prestigio en Aragón en aquella época.
Con el tiempo el caserón fue Capitanía General de Aragón hasta que se trasladó al edificio de la Plaza de Aragón. En 1890 la propiedad era de los condes de Bureta, descendientes de los Palafox, los cuales cedieron el edificio (usufructo perpetuo) a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (conocidas como las Paulas), situadas en el inmueble aledaño. En el edificio cedido por los Bureta, las monjas establecieron diversas instituciones benéficas a lo largo de los tiempos (un colegio de huérfanas; el asilo de la Coronación (1909) para niños desvalidos; posteriormente un asilo de Convalecientes, y finalmente las conferencias de San Vicente de Paúl). Pero el paso del tiempo dañó el edificio. La reforma que necesitaba el inmueble era muy elevada, y como la comunidad religiosa no podía asumir semejante gasto; ésta optó por devolver el usufructo a los herederos de la familia Palafox. Hace unos años la propiedad revirtió a don Alonso Cuevas Álvarez de Toledo Mencos (marqués de Miraflores y duque de Zaragoza); y a otros diecisiete propietarios.
El 11 de junio de 1991 don Alberto Álvarez de Toledo Mencos, representante de la sociedad Fondain S. a., pidió licencia para “obrar para la rehabilitación del palacio de Lazán (casa Palafox), sito en la calle Palafox nº 4 de Zaragoza, según proyecto básico adjunto, redactado por el arquitecto José Laborda Yneva”. En este proyecto, que no se llevó a cabo, se habla de instalar en él un Museo dedicado a los Sitios de Zaragoza. En el año 2003 la concejala de cultura del Ayuntamiento de Zaragoza descartó el uso de los bajos del palacio para ubicar el Museo de los Sitios. Pero en el año 2009 en un acuerdo plenario se acordó comprar un local que formaba parte del inmueble para destinarlo a Museo (ver bibliografía). Hoy en día del Museo no hay ninguna noticia al respecto.

Desconozco el motivo por el cual la rehabilitación no se llevó a cabo con el proyecto de Laborda Yneva; ya que en el año 2001 la “Comunidad de Propietarios de la “Casa Palacio Palafox”, pidió licencia para rehabilitar el inmueble según proyecto del arquitecto Fernando López Vázquez (que junto al arquitecto Luis Miguel García García poseían la empresa Tecarq, técnicas de arquitectura s. l., de Madrid). En el inmueble se realizaron viviendas, oficinas; y en la planta baja se instaló una residencia de ancianos. Las viviendas corresponden a la fachada de San Vicente de Paúl, en donde se abrió puerta con el nº 35.
El inmueble cambió el aspecto que tenía en su origen, ya que es un edificio de ladrillo al que le han añadido una pintura que desvirtúa totalmente la estructura de un palacio aragonés del siglo XVIII. También podemos comprobar que el tamaño de sus vanos han sido rehechos de forma arbitraria, ya que no coinciden con la estructura que tenía el inmueble en el siglo XVIII.

El edificio presenta una fachada revocada con zócalo de piedra, originariamente constaba de cuatro plantas, hoy tiene cinco, ya que en entre la tercera y cuarta planta se ha ganado una planta más. Si comparamos esta fotografía con la anterior podemos ver las diferencias existentes antes y después de la restauración. El antiguo palacio está rematado por un alero en caveto liso enfoscado, estructura típica del siglo XVIII.

Detalle de los vanos que se abren en la fachada, son todos adintelados, abriéndose balcones en la planta noble, los cuales, en la última restauración han sido aumentados de tamaño. Hay que destacar la rejería.
En la fachada que da a la calle Palafox podemos ver una placa dedicada a José de Palafox: “A PALAFOX / AL GRAN CAUDILLO DEFENSOR DE ZARAGOZA / EN LOS SITIOS DE 1808 Y 1809 / LA PATRIA Y LA CIUDAD / POR EL / GLORIOSAMENTE DEFENDIDAS / I CENTENARIO DE LOS SITIOS.

José Rebolledo de Palafox y Melcí, nació en este palacio el 28 de octubre de 1775. Fue el tercer hijo de los marqueses de Lazán y Cañizar. El 25 de mayo de 1808 fue proclamado por el pueblo gobernador de Zaragoza y capitán general de Aragón, convirtiéndose en el lider de la defensa aragonesa. Al quedar derrotada la resistencia aragonesa, Palafox fue detenido y llevado hasta Vincennes donde permaneció preso hasta 1813. A partir de ese momento estuvo dedicado a la política, la reina Mª Cristina le nombró duque de Zaragoza. Murió en Madrid en 1847, hoy sus restos reposan en la cripta de la basílica de Nuestra Señora del Pilar, trasladados en 1958.

La portada principal del edificio se abre en la fachada que da a la calle Palafox. Al igual que las fachadas es de una gran sobriedad. Adosada al palacio vemos la casa del Deán; y al frente la puerta de San Esteban de la catedral del Salvador.

La portada está realizada totalmente en piedra. Se abre en arco de medio punto, con dos pilastras laterales sobre plintos, que sostienen un entablamento sin ornamentación.

A través de la puerta principal se accedía a un zaguán y de éste al patio principal, en el cual se había aprovechado elementos de la antigua construcción del siglo XVI. Con columnas de orden jónico, con fustes lisos y acanalados, que “soportaban una estructura de arcos rebajados y carpaneles, que a su vez recibían el peso de las techumbres planas, formadas por viguetas de madera que conforman falsas bovedillas”. En frente del zaguán se abre la escalera principal que conduce a la planta noble, abriéndose en arco carpanel, sobre el que se puede leer: “Asilo de la Coronación”.

El patio fue desmontado al rehabilitar el inmueble, y en el año 2009 seguía sin ser repuesto en su lugar (según informaba APUDEPA en un artículo que os pongo en la bibliografía). La empresa encargada de su restauración: la madrileña “Alcalá Gestión”, debido a la crisis dejó sin terminar la obra. En estos momentos desconozco su ubicación, ya que las fuentes consultadas no me han podido dar noticia sobre el tema.

Es un sencillo patio con columnas monolíticas con capiteles jónicos, cubierto con bovedillas de vigas de madera.
Cuando entré en el patio de este edificio la visión de esta nueva estructura me impactó, ya que no me imaginaba lo que me iba a encontrar. A través de una serie de arcos de medio punto me encontré en un luminoso patio interior, en el cual el juego del blanco de pilastras, arcos y muros, contrastan con el gris metálico de las columnillas y la escalera que producen una sensación de estar en otra dimensión, y no en el interior de lo que fue palacio de la familia del General Palafox.

Por un momento olvidé que estaba dentro de un antiguo palacio del siglo XVIII, ¿creo que es comprensible ¿no?
Hasta aquí este pequeño estudio sobre un edificio muy querido. Parte de mi niñez y adolescencia la pasé en el barrio de La Seo, recorriendo sus calles, y respirando su aire añejo. En aquella época el palacio Palafox no era lo que en su época fue. Siempre lo recuerdo como un edificio viejo y olvidado, como muchos otros que poblaban este querido barrio. La restauración no ha sido, para mi corto entender, la más apropiada, ya que este palacio era uno de los pocos ejemplos de arquitectura civil neoclásica que podíamos encontrar en Zaragoza. También es una verdadera pena que el proyectado museo de Los Sitios se haya quedado “durmiendo en el sueño de los justos”.