Algunos datos sobre nuestro cerebro.
Nuestro cerebro evolucionado de primates tecnológicos u homo sapiens sapiens, como se prefiera, cuenta con un núcleo central vestigio de nuestro pasado de reptil. El se encarga de las emociones básicas, como el miedo, el pánico, el temor, las pasiones, el deseo, la ira, la agresividad, etc... Repito, este núcleo cerebral es idéntico al de cualquier reptil de los que existen en la actualidad. Superpuesto a ese cerebro se encuentra el neocortex, organismo cerebral que también poseen numerosos mamíferos y se encuentra muy desarrollado tanto en el resto de los primates como en el homo sapiens sapiens. El neocortex se encarga de filtrar los impulsos procedentes del cerebro de reptil para adoptar estrategias que, como mínimo, permitan preveer el futuro o el comportamiento de otros organismos a corto plazo (caso de que se esté cazando, se esté huyendo de un depredador o se trate de establecer un liderazgo en una manada). También tiene un papel importante en la protección de las crías y en su enseñanza posterior. Una característica importante en los cerebros de los mamíferos evolucionados (incluidos nosotros) es que nunca renuncian del todo a su individualidad y que incluso negocian contratos (en el caso de una manada el contrato negociado son las distintas jerarquías que tienen pero que pueden variar cuando el líder pierda su puesto), frente a otros organismos más primitivos que conforman sociedades inteligentes (como las hormigas o las abejas, por ejemplo), que han renunciado totalmente a su individualidad y su estructura jerárquica es inmutable.
Ni firmo.
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