Centenera se dedicó sobretodo al cultivo de uva para luego realizar el vino, a la prensa del aceite, por lo que aún podemos encontrar prensas y cubas de vino de roble macizo. Evidentemente también se cultivaba centeno.
El día de
San Juan (24 de junio) se acostumbraba a ir al barranco San Juan antes de salir el sol a "sanjuaniarse" (lavarse con
agua fresca que todavía no había recibido los rayos del sol). Con esto buscaban protegerse contra enfermedades de la piel.
En
Noche Buena los niños de Centenera podían recibir turrón como regalo de la Choca de Visalibons (Bisalibons), un tronco colocado en el hogar. Mientras se quemaba, los niños debían golpearlo pidiéndole que cagara turrón: "Choca de Visalibons, con la virtud que Dios te ha dado y yo te daré, caga turrón, caga turrón y caga turrón."