SEVILLA: BARRIOS Y PARQUES DE SEVILLA...

BARRIOS Y PARQUES DE SEVILLA
-El Parque de María Luisa.

Es uno de los jardines mas visitados de la ciudad por los amplios espacios verdes embelleciendo su topografía urbana.
Su origen se debe a la cesión hecha en Sevilla en 1893 por la Infanta María Luisa Fernández de Borbón Fernanda de Borbón Duquesa viuda de Montpensier de la mitad de los jardines del Palacio de San Telmo, ocupando una superficie de 340.000 metros cuadrados.
Está formado por la mitad de los jardines del palacio de San Telmo y los naranjales y huertas cercanas pertenecientes a los Montpensier.
Tras la donación el Ayuntamiento de Sevilla, en agradecimiento lo bautizó con su nombre.
Hasta el 1911 no se incorpora al Patrimonio urbano. En este año el Comité Ejecutivo de la Exposición Iberoamericana le encarga al arquitecto parisiense Jean Claude Nicolás Forestier la remodelación del parque para adaptarle al Certamen Internacional.
Las obras se desarrollaron en el periodo del 1912 al 1922 pero sería en abril del 1914 cuando se inauguró.
Una vez terminada la Exposición y en plena crisis del 29 el Parque quedó abandonado hasta que en 1956 se inició su restauración de monumentos, saneamiento y sustitución de plantas y se crearon nuevos espacios.
Es un verdadero Jardín Botánico con gran variedad de árboles y plantas de las diferentes partes de la Tierra aunque la mayoría proceden de la flora americana.
También merecen mención la variedad de especies de aves entre las que destacan los pavos reales y pájaros cantores, cisnes, patos que esperan la visita de los transeúntes para que los alimenten con granos de maíz u otros productos.
Este ambiente embriagador se termina con diferentes fuentes con motivos alegóricos y grupos escultóricos, evocadores de personajes célebres como la glorieta de Bécquer con su monumento a Gustavo Adolfo Bécquer; Glorieta de Cervantes; Glorieta de Concha Piquer; Glorieta de Dante Alighieri; Glorieta de Goya; Glorieta de Juanita Reina; Glorieta de los Toreros; Glorieta de los Hermanos Álvarez Quintero; Glorieta de Rafael de León y otras.
En la Plaza de América se levantan tres pabellones y que contienen dos de los famosos museos de la ciudad como son el Pabellón Mudéjar o del Arte Antiguo llamado actualmente Museo de Artes y Costumbres Populares; el Pabellón Real y el Pabellón de Bellas Artes esto, actual Museo Arqueológico y Sede de la Exposición Iberoamericana del 1929.
En esta Plaza de América son célebres sus palomas y por este motivo también se la conoce como el Parque de las Palomas.
Otro de los edificios dignos de mención es el Pabellón Domeq, obra de Aurelio Gómez Millán para exponer los productos de las Bodegas Domeq.. Actualmente alberga la Sede de las Juventudes Musicales de Sevilla.

-El Barrio de Santa Cruz.

Cuando uno llega por primera vez a Sevilla se puede observar una atmosfera hechizante y perfumada con luminosidad y esta expresión significa que la luz y las flores son dos elementos entrañablemente fundidos con el alma de Sevilla.
Si toda la ciudad huele a flores, el perfume se intensifica cuando decide uno penetrar por el delicioso Barrio de Santa Cruz.
La entrada al barrio puede hacerse por los Jardines Murillo o también por el arco ubicado al lado del Patio de Banderas, antesala del Alcázar.
Hay un trazado de calles, con los nombres de Mesón del Moro, Vida, Susona, Gloria, Cruces, Doncellas, Roldana etc., que resultan acusadamente personales y están delimitada por las siguientes calles y plazas: Plaza Virgen de los Reyes, Mateos Gago, Fabiola, Santa María La Blanca, parte de la Calle Cano y Cueto, Plaza de los Refinadores, Plaza de Santa Cruz, Plaza de Alfaro Agua, Plaza de Dª Elvira, Plaza de la Alianza, Romero Murube y Plaza del Triunfo.
El origen fue la antigua judería sevillana pues cuando Fernando III El Santo conquisto Sevilla se concentró en la ciudad la más importante comunidad judía de España, seguida por la de Toledo.
El barrio judío ocupaba lo que hoy son los barrios de Santa Cruz y San Bartolomé. No obstante a pesar de la expulsión de los judíos en 1483, se mantuvo en estos barrios, bastante población judía y musulmana.
El barrio de Santa Cruz comenzó su decadencia tras estos sucesos y era un barrio cerrado, estrecho y foco de infecciones pero en 1929 gracias a la iniciativa de D. José Laguillo y Juan Talavera Heredia, unidos al renacer de la ciudad por la preparación de la Exposición Iberoamericana se re urbanizo el barrio, siendo el estado actual fruto de esta iniciativa.
Sería el alcalde Halcón quien consiguió que el rey Alfonso XIII cediera los terrenos de la Huerta del Retiro, parte de los Jardines de los Reales Alcázares, próximo a donde se inician los Jardines de Murillo y en 1911 inauguraron las actuales calles de Nicolás Antonio y Antonio El Bailarín que comunican el barrio Santa Cruz con el Paseo de Catalina Ribera.
En 1918 se reformaron las Plazas de Santa Cruz y de DªElvira según los proyectos de Juan Talavera Heredia y se ensancharían las calles Mateos Gago en 1923 que anteriormente era un callejón estrecho.
El pasear por el Barrio Santa Cruz es un auténtico placer por su limpieza esmerada y perfume embriagador.
Sus calles recoletas y estrechas aparecen flanqueadas por encantadoras casas con blanca fachada encubiertas por el verdor de la yedra y el verde y blanco de los jazmines... Perderse por embrujado dédalo de las callejuelas y plazas que forman la tipología del barrio constituye un grato deleite. Se intuye la poesía, el amor, la tradición y la leyenda donde la gracia y la alegría pueden aparecer de improviso la vuelta de cualquier esquina y así el Callejón del Agua o la Calle de la Pimienta, en la Plaza de Dª Elvira o en la Cruz de la Cerrajería.
Entre sus lugares carismáticos se encuentran la Plaza de los Venerables, llena de tascas y terrazas se toma su nombre del antiguo Hospital de los Venerables Sacerdotes que según la leyenda pudieron haber estado en la Hostería del Laurel donde se inicia el drama de D. Juan Tenorio o también la que hoy da el nombre al Barrio de Santa Cruz, la Plaza de Santa Cruz que tiene en el centro una Cruz de cerrajería del siglo XVII construida sobre la antigua parroquia mudéjar de Santa Cruz; la Plaza de las Cruces, con tres columnas terminadas en cruces; la Plaza de Dª Elvira con sus azulejos, naranjos y una fuente con asientos de ladrillos y azulejos abierta al antiguo Corral de Comedias; la Plaza Alfaro; la Plaza de la Alianza, antes conocida como la Plaza del Pozo Seco o el Callejón del Agua, paralelo a las murallas por donde se traía el agua a los Reales Alcázares donde se recuerda al escritor Washington Irving en una plaza hecha por Mariano Benllure.
. Otros lugares de encanto son la Calle de las Cruces donde hay dos cruces de madera empotradas en la pared; la Calle de Santa Teresa donde se encuentra la Casa de Murillo y el Convento de las Carmelitas del siglo XVII fundada por Santa de Ávila seguida de otros lugares como la Calle de Lope de Rueda, la Calle de la Gloria, la Calle Mezquita, la Calle Vida, la Calle Pimienta y la Calle Susona, antes llamada de la Muerte por la leyenda de la judía Susana a quien el amor hacía un joven cristiano le impulsó a traicionar a su propio padre y a renegar de su fe, recibiendo el abandono del galán. y que dispuso en el testamento que como expiración una vez muerta se colocará su cabeza sobre la puerta de su casa, donde estuvo la calavera hasta el siglo XVIII.
Dentro del Barrio de Santa Cruz destacan otros monumentos como la Iglesia de Santa Cruz del siglo XVII, el Hospital de los Venerables, el Convento de San José llamado el de las Teresas y la que fuera la Casa de Murillo y por último aledaña a ella se encuentra la Iglesia de Santa María la Blanca del siglo XV levantada sobre una antigua sinagoga con decoración de yeserías barrocas donde están las obras de Murillo y de Luis de Vargas.