Al subir la cuesta del
calvario, y divisar la
naturaleza en todo su explendor... Una piensa muchas cosas, pero sobre todo que lo que se ve es obra de Dios. Se entremezclan los verdes, los
árboles se mueven al compás del viento, la tierra está viva, está llena de sentimientos. El
camino nunca es el mismo, las pizarras cada día están más erosionadas, son testigo del paso del tiempo y huella de muchas plegarias. Y al subir a la
cruz, las
rocas te acogen en lo más alto, es tiempo para descansar, meditar
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