Corría el siglo XVII cuando se creó el Marquesado de Cauche en los terrenos que hoy acogen la pedanía antequerana de Villanueva de Cauche. En torno al palacio de las marquesas se fueron construyendo las casas de los empleados de la familia, y, de esta forma, se fue creando un peculiar pueblo que hoy es fácilmente reconocible en algún que otro spot televisivo de coches o champús. Durante siglos, los vecinos han ocupado estas viviendas por las que pagaban una especie de diezmo consistente una o dos gallinas, dependiendo de si la casa tenía patio o no. Cada trabajador tenía su casa pero, si por el número de miembros de su familia le venía mejor la vivienda de su vecino, que era más grande, se las cambiaban y en paz. Hoy, el palacio del Marquesado sigue en pie de milagro. En el palacio actualmente no habita nadie. Tras la muerte de la marquesa en el 2011, a falta de tener hijos, su sobrino heredó el título de marqués.