Y tú debes ser Lucas Marín de Lablanca. Vivías cerca del
teatro Principal y del puesto de la Guadia Civil. Creo recordar que tu padre trabajaba el
campo (aquellos aceituneros altivos que ya no quedan), y alguna vez descubrí con vosotros las umbrías
huertas que ya nadie cuidará al pie de las
murallas. Trabamos una
amistad demasiado breve. Y ahora me viene a la memoria la
herrería de Juan Tiznajos (que así le decían),
calle arriba de tu
casa, y los aromas campesinos del que fue nuestro
pueblos. Recibe
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