He sabido de la muerte a los 59 años de nuestro paisano Ignacio Martínez, que tanto ha escrito de nuestra Sierra y tanto la ha defendido.
He sabido estos días que nos han dejado dos maestras de Siles, primero doña Amelia, hermana de Ignacio, a la que conocí cuando yo tenía 18 años porque vino a vivir a mi casa; y luego doña Cande, que fue mi maestra en el colegio, cuando tenía cinco, seis años y me recordaba cogido de su mano en el recreo. En gloria estén.