Yo le hice una entrevista en el año 1997, en su casa, y me contaba que aprendió el oficio de su suegra y que la llamaban hasta los veterinarios para ayudarles a partear las yeguas.
A mí me arregló varias veces las muñecas y codos duplicados. Nunca me olvidaré de ello. Era más que una santa.
A mí me arregló varias veces las muñecas y codos duplicados. Nunca me olvidaré de ello. Era más que una santa.
Muñecas y codos dislocados, quise decir.