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JIMENA: ¡Hola Ana:...

Pasó la primera cartilla, el primer y segundo grado Álvarez y se encuentra en el tercero, va y viene a su palomar con soltura, aunque ha estado dos días vagabundeando, como premio y por ser el día de San Valentín le vamos a dar consorte.

A mi no me hace falta que me busques "consorte" como al palomo. Te recuerdo que de vez en cuando hay que hacer alguna obra de misericordia. Por ejemplo: Visitar a los "enfermos e impedidos". El vino, el queso y las aceitunas ni te los miento. Saludos,

Hola Luismarín:
Es un placer saludarte y aún más, saber que tu recuperación es todo un éxito. Supongo que, a pesar de que la razón de tu estadía en Jimena, no es por lo más deseado, tanto tu familia, como tus buenos amig@s, se deben sentir felices de contar con tu presencia durante este tiempo; y por otra parte, deduzco que para tí, igualmente será placentero.
Actualmente no tengo mucho tiempo para entrar al foro; sin embargo, aunque sea en la noche, no dejo de abrir esta ventanita que me asoma, y de alguna manera, me acorta la distancia con el otro lado del Océano. Especialmente, los domingos, estoy pendiente, pues debo confensar que soy una verdadera admiradora de tus excelentes escritos. Es más, me atrevería a pedirte que nos deleites más a menudo con éllos, pues ahorita debes de tener todo el tiempo del mundo para ello. Eso lo sé por experiencia, de hecho, durante mi posoperatorio (implante de prótesis en la cadera), me dediqué a "contarles", a la familia forera, algunas anécdotas sobre mi llegada a Venezuela y lo que significó en mi vida esta transculturación. Aquellos fueron relatos sencillos, de las vivencias de cualquier adolescente emigrante. Sin embargo, lo que inicié como simples y familiares narraciones, se convirtieron en la base de un libro que he titulado "EL VUELO DE LA GOLONDRINA", y el cual está en trámites para su edición. Como quiera que sea, en ocasiones, la "inactividad obligada de las actividades cotidianas", resultan de lo más fructíferas para otras cosas que, casi siempre, se piensan hacer "algún día", pero ese día nunca llega.
Desearía poder compartir contigo una copita de vino, el queso y las ricas aceitunas, sin que ello signifique la gratificación a una visita "al enfermito". En mi caso, estoy segura que, dadas las condiciones, cuando yo logre volver a mi querida patria, tú estarás listo para un posible "maratón". Que sigas recuperando tu movilidad y como dije: ¡por favor, deléitanos con tus maravillosos escritos!.
Ana

¡Hola Ana:

Aquí en Jimena son casi las tres de la mañana. Acabo de compartir con mis amigos Bartolo (el hijo de Damíán "el Cosario" y Ventura), su esposa Juani y mi "cuñao" Lope, una cena al amor de una buena "lumbre". Bien "regada" con vinos de diversos colores y con una excelente tertulia de sobremesa. Como la distancia entre la casa de mis amigos y la mía es corta, con trabajo de biceps y el femoral sano, he podido ir y venir "arrastrándome" con mis patas articuladas de insecto nocturno y "pegamangas".

No soy muy amigo de los "panegíricos" obligados, sólo puedo decirte que leo con detenimiento tus escritos y gozo con buscar y descubrir el significado de palabras ya en desuso en nuestro cada vez más pobre lenguaje cotidiano. Con razón dicen los "filólogos" del castellano que, en la América Hispana, se conserva mucho mejor nuestra lengua que en la propia cuna de Gonzalo de Berceo.

No dudes que si vuelves por tu "casa y tu patria" de siempre (ya sabes que según el poeta alemán Heinrich Heine la patria para toda la vida seguirá siendo nuestra infancia), si las autoridades no lo impiden y el tiempo lo permite (eso dicen o decían los programas de las corridas de toros) podrémos compartir ese vino y esas aceitunas de nuestra tierra. Tampoco haré oidos sordos a todas tus "emocionantes" vivencias que, además, has compartido con algunas personas de mi familia materna.

Compruebo con agrado que has aceptado cariñosamente el nombre que surgió de aquel bautizo, no en el Jordán, sino en mi relato "Las golondrinas de nuestra vida".

Según el famoso psicoanalista y psiquiatra francés Jacques Lacan: "Nunca nos atrae de alguien lo que ese alguien es, sino el reflejo que de la persona en cuestión atisbámos. Es como la figura de un fantasma preexistente en nuestra psique y a la que estámos condenados a perseguir sin alcanzar nunca". Eso es lo que permanece de ti en mis recuerdos del año 1964: el vuelo de aquella ¿rubia? golondrina que tanto nos emocionó con sus trinos en el escenario del desaparecido Cine Parroquial. Por eso me gustaría que se cumpla tu deseo de volver a tu antiguo nido y que el "fantasma" que tengo de tí en mi memoria se convierta en una persona de carne y hueso.

Saludos afectuosos,