otra explicación:
Borullos de Mágina
Muchas de nuestras más antiguas alacenas están llenas de la materia prima del pan, la harina, alma de nutritivos y antañones guisos de diario donde hecha masa junto al agua y una pizca de sal, cocerá en sus más diversas formas en un caldo que tiene como base un sofrito de verduras, y como sustancia la carne de todo aquello que se deje atrapar en el campo. Si la forma de la masa se asemeja a trozos de tela rota encontraremos en nuestra geografía provincial los andrajos, los calandrajos, los harapos, los guiñapos, y los muy pastoriles galianos, o los muy serranos talarines, cuyo nombre bien pudiera proceder de “tela de harina”. Pero cuando la masa adquiere la forma de bolitas, en muchos casos embadurnadas en el aceite con que se ha ungido la harina, nos hallaremos frente a los serranosegureños gurullos, muy extendidos también por Sierra Mágina, donde en sitios como Albanchez reciben el nombre de borullos.
Borullos de Mágina
Muchas de nuestras más antiguas alacenas están llenas de la materia prima del pan, la harina, alma de nutritivos y antañones guisos de diario donde hecha masa junto al agua y una pizca de sal, cocerá en sus más diversas formas en un caldo que tiene como base un sofrito de verduras, y como sustancia la carne de todo aquello que se deje atrapar en el campo. Si la forma de la masa se asemeja a trozos de tela rota encontraremos en nuestra geografía provincial los andrajos, los calandrajos, los harapos, los guiñapos, y los muy pastoriles galianos, o los muy serranos talarines, cuyo nombre bien pudiera proceder de “tela de harina”. Pero cuando la masa adquiere la forma de bolitas, en muchos casos embadurnadas en el aceite con que se ha ungido la harina, nos hallaremos frente a los serranosegureños gurullos, muy extendidos también por Sierra Mágina, donde en sitios como Albanchez reciben el nombre de borullos.