La República empieza a andar, una visión de Josep Pla.
Josep Pla “Madrid. El advenimiento de la República” 1933, un periodista al servicio de los “nacionalistas” durante la Guerra Civil, nos da en este libro una crónica de Madrid en los primeros meses de la República. Irónico y controvertido nos acerca a Azaña, Lerroux, Maura, y otros políticos.
Define el inicio de la República como “la apoteosis popular, fabulosa del 14 de Abril, , , -algo nunca visto tal vez en España-, siguieron luego más bien unos días tranquilos. Los observadores forasteros, la prensa extranjera, manifestaron su asombro ante un cambio de régimen tan unánime, placido, sin efusión de sangre, pacífico. Tras tantos años –siglos- en que los que los observadores habían demostrado el enorme arraigo de la monarquía, el árbol ha caído sin que ningún rayo lo haya hendido., , ,
Cuenta, que era muy famosa la cuarteta “Nuestro señor Jesucristo / nació en un pesebre. / ¡Dónde menos se piensa, / salta la liebre¡, , , / “Biblia en verso” de Carulla.
Nos habla de un Don ir March, que jocosamente se siente perseguido por los republicanos, a los que el tanto había ayudado en el exilio.
March un terrateniente de nuestras cercanías (La Laguna cerca del Guadalquivir, término de Baeza), sabréis la historia de uno de sus hijos que pasando por nuestras tierras se encaprichó de unos frutos de una huerta, y que el hortelano no se la podía ofrecer, porque le tenían prohibido que los bienes tan preciados que daba la tierra fueran dados o se permitiera fueran robados. Del que emanaba esas ordenes, se cuenta que enfurecido quiso ponerse en contacto con el propietario, para comprar la finca del capricho de su hijo, y que tras las indagaciones precisas resultó ser el mismo el dueño de lo que deseaba.
Josep Pla “Madrid. El advenimiento de la República” 1933, un periodista al servicio de los “nacionalistas” durante la Guerra Civil, nos da en este libro una crónica de Madrid en los primeros meses de la República. Irónico y controvertido nos acerca a Azaña, Lerroux, Maura, y otros políticos.
Define el inicio de la República como “la apoteosis popular, fabulosa del 14 de Abril, , , -algo nunca visto tal vez en España-, siguieron luego más bien unos días tranquilos. Los observadores forasteros, la prensa extranjera, manifestaron su asombro ante un cambio de régimen tan unánime, placido, sin efusión de sangre, pacífico. Tras tantos años –siglos- en que los que los observadores habían demostrado el enorme arraigo de la monarquía, el árbol ha caído sin que ningún rayo lo haya hendido., , ,
Cuenta, que era muy famosa la cuarteta “Nuestro señor Jesucristo / nació en un pesebre. / ¡Dónde menos se piensa, / salta la liebre¡, , , / “Biblia en verso” de Carulla.
Nos habla de un Don ir March, que jocosamente se siente perseguido por los republicanos, a los que el tanto había ayudado en el exilio.
March un terrateniente de nuestras cercanías (La Laguna cerca del Guadalquivir, término de Baeza), sabréis la historia de uno de sus hijos que pasando por nuestras tierras se encaprichó de unos frutos de una huerta, y que el hortelano no se la podía ofrecer, porque le tenían prohibido que los bienes tan preciados que daba la tierra fueran dados o se permitiera fueran robados. Del que emanaba esas ordenes, se cuenta que enfurecido quiso ponerse en contacto con el propietario, para comprar la finca del capricho de su hijo, y que tras las indagaciones precisas resultó ser el mismo el dueño de lo que deseaba.