ESPELUY

Habitantes: 814  Altitud: 283 m. 
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Situación:

El término de Espelúy se encuentra a unos 34 kilómetros de la capital y está situado en el centro oeste de la provincia, encuadrado en la comarca de la Campiña Norte.

Su superficie es de 25,72 kilómetros cuadrados y su altitud roza los 280 metros.

La población que tiene este término es de 814 habitantes.

Espelúy limita al Norte con los términos de Bailén y Villanueva de la Reina, al este con Jabalquinto; al oeste con Villanueva de la Reina y al sur con Cazalilla y Mengíbar.

Para acceder al término de Espeluy, podemos hacerlo por varias comunicaciones; la J-2.300, J-2.310 procedente de Villanueva de la Reina y la JV-2.304.

Monumentos:

Entre los edificios más representativos, destaca el Castillo de la época califal, castillo que fue destruido por Fernando III en 1224 y más tarde fue levantado como Castillo Cristiano. Su torre del homenaje es de planta cuadrada y tiene dos salas cubiertas por bóvedas de medio cañón.

La Hacienda del Pilar, construida en 1904 como hacienda de labranza y más tarde, convertida en casa señorial privada.

Por último, la Iglesia Parroquial que fue levantada sobre el antiguo oratorio de Santa Catalina. En su fachada destaca una sencilla portada adintelada, frontón partido y una espadaña con tres huecos para las campanas.

Fiestas:

Festividad del Patrón, San Gregorio Nacianceno, el 9 de mayo.

Festividad de la Patrona Santa Catalina, el 25 de noviembre.

Festividad de San Antón en el mes de enero. Se prenden hogueras en esta fiesta en honor al Santo.

Costumbres:

COCINA.

En el término de Espelúy podemos disfrutar de dos cocinas tradicionales: la cocina de la Campiña y la cocina Serrana.

De la Cocina de la Campiña, sobresalen los siguientes platos: la pipirrana, el salmorejo, potaje de habas secas con berenjenas, espárragos trigueros, migas de pan con melón. En Semana Santa no falta el potaje con panecillos y como postre los pestiños y roscos fritos.

De la Cocina Serrana, destacaremos el gazpacho de segadores con pepino, cebolla, aceite, vinagre y sal; el ajopringue, la gachamiga, las migas de harina, la "pulenta" (que consiste en una sopa de huevo y harina), los andrajos con liebre, caracoles guisados con patatas, pimientos secos rellenos... En Semana Santa tampoco falta en la cocina serrana los panetes de bacalao y el arroz dulce.

Historia:

Espeluy tiene un imponente legado de época Prehistórica. Entre los numerosos asentamientos destaca el de Las Tiesas, un poblado del III milenio a C, con restos de cabañas circulares y de escorias, testimonio de su actividad metalúrgica. Otro de los yacimientos más sobresalientes es el del Cerro de la Plaza de Armas de Sevilleja, que posterior al anterior, muestra ya un poblado con las casas de forma rectangular construidas en terrazas, y con distintos tipos de enterramientos. Este lugar se volvió a poblar en época ibero-romana, construyéndose una estructura amurallada que rodea la meseta. También se han localizado restos de este periodo en el emplazamiento de la actual población.

La primera vez que Espeluy aparece mencionado en un documento histórico es en la Crónica General, escrita en el siglo XIII, en la que se relataba que fue uno de los castillos atacados por Fernando III el Santo en 1224. La población pactó su entrega a cambio de poder marchar en paz. En un primer momento quedó como lugar de realengo, pero en 1246 Fernando III cedió 20 yugadas de heredad a la Orden de Calatrava, donación que sería confirmada por Alfonso X en 1254.

En 1321 fue entregada en señorío a Díaz Sánchez de Biedma, señor de Estivel y Jabalquinto. En este periodo se construyó el nuevo castillo como expresión de poder de los nuevos señores. En 1364 la familia cambió el apellido por el de Bevenavides, condición dada por su primo don Juan Alonso de Benavides, para ser sus herederos. En 1371 Enrique II les concedió el señorío de Santisteban, posteriormente Condes en 1473 y duques de Santisteban del Puerto desde 1739.

A lo largo del siglo XV se fue consolidando la población como testimonia la construcción en el mismo de una parroquia, mencionada en el Sínodo de 1511. A finales de esta centuria, Santa Teresa de Jesús fue atendida y socorrida en el castillo de Espeluy, después de haber sufrido un accidente al pasar el río Guadalquivir, según escribiera la Santa en su libro de las Fundaciones.

En 1775 Bernardo de Espinalt, en su obra el Atlante Español, señalaba que Espeluy constaba de 11 vecinos con un Oratorio, dedicado a Santa Catalina Mártir y patrón a San Gregorio Ostiense. A mediados del XIX, según refiere Madoz, tenía 722 habitantes, pero su fisonomía seguía siendo prácticamente una aldea "sus casas están diseminadas sin formar calles".

Lo más destacado de la segunda mitad del XIX es el papel principal que va a tomar Espeluy en el tema de las comunicaciones provinciales, como lugar de conexión ferroviaria de la capital jiennense con otras líneas de tendido ferroviario de la provincia

Espeluy tiene un imponente legado de época Prehistórica. Entre los numerosos asentamientos destaca el de Las Tiesas, un poblado del III milenio a C, con restos de cabañas circulares y de escorias, testimonio de su actividad metalúrgica. Otro de los yacimientos más sobresalientes es el del Cerro de la Plaza de Armas de Sevilleja, que posterior al anterior, muestra ya un poblado con las casas de forma rectangular construidas en terrazas, y con distintos tipos de enterramientos. Este lugar se volvió a poblar en época ibero-romana, construyéndose una estructura amurallada que rodea la meseta. También se han localizado restos de este periodo en el emplazamiento de la actual población. La primera vez que Espeluy aparece mencionado en un documento histórico es en la Crónica General, escrita en el siglo XIII, en la que se relataba que fue uno de los castillos atacados por Fernando III el Santo en 1224. La población pactó su entrega a cambio de poder marchar en paz. En un primer momento quedó como lugar de realengo, pero en 1246 Fernando III cedió 20 yugadas de heredad a la Orden de Calatrava, donación que sería confirmada por Alfonso X en 1254. En 1321 fue entregada en señorío a Díaz Sánchez de Biedma, señor de Estivel y Jabalquinto. En este periodo se construyó el nuevo castillo como expresión de poder de los nuevos señores. En 1364 la familia cambió el apellido por el de Bevenavides, condición dada por su primo don Juan Alonso de Benavides, para ser sus herederos. En 1371 Enrique II les concedió el señorío de Santisteban, posteriormente Condes en 1473 y duques de Santisteban del Puerto desde 1739. A lo largo del siglo XV se fue consolidando la población como testimonia la construcción en el mismo de una parroquia, mencionada en el Sínodo de 1511. A finales de esta centuria, Santa Teresa de Jesús fue atendida y socorrida en el castillo de Espeluy, después de haber sufrido un accidente al pasar el río Guadalquivir, según escribiera la Santa en su libro de las Fundaciones. En 1775 Bernardo de Espinalt, en su obra el Atlante Español, señalaba que Espeluy constaba de 11 vecinos con un Oratorio, dedicado a Santa Catalina Mártir y patrón a San Gregorio Ostiense. A mediados del XIX, según refiere Madoz, tenía 722 habitantes, pero su fisonomía seguía siendo prácticamente una aldea sus casas están diseminadas sin formar calles. Lo más destacado de la segunda mitad del XIX es el papel principal que va a tomar Espeluy en el tema de las comunicaciones provinciales, como lugar de conexión ferroviaria de la capital jiennense con otras líneas de tendido ferroviario de la provincia