HOMENAJE A CARLOS
Todos y cada uno de los
rincones de nuestra infancia están abandonados,
calles cada vez más desiertas,
casas vacías,
huertos perdidos,
hornos de barro con olor a soledades (como me gusta decir),
caminos cegados por el
monte y la maleza, pero se mantiene intacta la
primavera, aquella primavera que dejaste cuando decidiste emprender el último viaje para saber qué hay detrás de todo esto.
Cada año intento reencontrarme contigo, regresarte, como diría Miguel Hernández a su gran
... (ver texto completo)