HUELVA: De mi ensayo:"El Reencuentro: Hacia la construccion...

De mi ensayo:"El Reencuentro: Hacia la construccion de la Comunidad Iberica de Pueblos"desarrollo la gesta que partio de esta noble tierra onuvense de Moguer.
1. LA AVENTURA AMERICANA

Uno de los acontecimientos más trascendentes y sumamente importante en Historia de la Humanidad, fue el descubrimiento, civilización y colonización de América.
Está gesta representa el reencuentro de dos mundos desconocidos entre sí, que habían desarrollado una vida independiente y separados por un largo período de más de 30.000 años. Este descubrimiento representa, desde una perspectiva del Viejo Mundo, el completar la visión global del planeta y la apertura de un fenómeno de colonización o aculturación que constituye uno de los experimentos humanos más apasionantes de este milenio.
El descubrimiento de América, no fue un hecho causal y si un acontecimiento inesperado pero cierto como consecuencia de la expansión marítima de los pueblos ibéricos en el siglo XIV y sobre todo a partir del siglo VX.
En esta escena, aparece un personaje, Cristóbal Colón, con su proyecto de llegar a la India, navegando desde Occidente. Se declara genovés, pero sigue su misterio, en su origen, familia, lengua y tumba. Posteriormente, aparecen sus fuentes y se conoce que había nacido en Génova, entre los años 1451 y 1452, en el seno de una familia plebeya, hijo de Domenico Colombo, tejedor de paños y de Susana Fontanarossa y desde muy joven, se enroló en expediciones marítimas. Hombre inquieto, viaja al extranjero y en año 1476 se traslada a Portugal, como agente comercial de las compañías genoveses y allí se casa con Felipa Muñiz Moniz de Pérestrello, exponiendo de este país, su idea descubridora de nuevas rutas hacia Oriente.
Había mantenido contactos con geógrafos y cosmógrafos portugueses y extranjeros y tuvo acceso a un mapa del florentino Toscanelli, con alguna de las tesis colombinas, pero conocía un hecho cierto de la época, que era la esfericidad de la Tierra, aunque utilizaba para su cálculo, datos erróneos como la dimensión del grado terrestre, calculado por Alfragano en 56 millas y las confunde por italianas (1477 metros lineales) cuando en realidad, son árabes (1973 metros lineales). Aplicando sus cálculos, la longitud circular del Ecuador mediría 30.000 kilómetros lineales no los 40.000 aproximadamente reales y el cálculo entre Lisboa y el Cipango de Marco Polo, era de 3.000 millas náuticas cuando en realidad, son 10.600 millas.
Esta errónea base científica, fue analizada por la comisión de expertos en Castilla y Portugal, rechazando su proyecto.
Colón, tras la negativa del rey Juan II de Portugal de financiar su proyecto, parte hacia Castilla, siendo acogido por los franciscanos de La Rabida, especialmente por los padres, Fray Juan Pérez y Fray Antonio de Marchena, quienes a través de sus contactos y el duque de Medinacceli, logran entablar conversaciones con los Reyes Católicos.
Aparece entonces, un patrocinador, la intervención de Luís de Santángel, judío valenciano que ocupaba el cargo de Escribano de Ración de la Corte, equivalente Ministro de Hacienda de Castilla, quien convence a la Reina y ofrece financiación de la empresa, aportando 1.140.000 maravedís, procedentes de los fondos de la Santa Hermandad
El 17 de abril de 1492, Colon y los Reyes Católicos firman un documento conocido como “Capitulaciones de Santa Fe” que es un contrato entre ambas partes, donde se concede a Colón todo lo que pedía, como el nombramiento de Almirante durante toda su vida y heredado por sus sucesores perpetuamente, el de Gobernador y Virrey general de las tierras que descubriera y un patrimonio del diez por ciento de todas las riquezas que hubiera en esas tierra, en piedras preciosas, oro, especies y cualquier otra cosa y mercancías que se hallaran.
Inmediatamente se iniciaron los preparativos de la expedición y vuelto a Palos de Moguer entabló contacto con el ilustre marino Martín Alonso Pinzón que gozaban de un gran prestigio en la villa onubense y se dispusieron dos carabelas de la Niña y la Pinta, y una nao, la Santa María, propiedad del cartógrafo Juan de la Cosa.
Habiéndose enrolado la tripulación, los tres navíos inician su epopeya, el 3 de agosto de 1492 y las dos carabelas eran mandadas por Martín Alonso Pinzón y la nao, por el propio almirante Colón.
El primer destino fue las Islas Canarias, tras permanecer allí varios días para atender ciertas reparaciones, el 6 de septiembre, pusieron rumbo a Occidente, adentrándose en el océano Atlántico. Cuando llegó el 11 de octubre, los navegantes empezaron a recoger las primeras pruebas, de que la tierra estaba próxima.
El propio almirante recogió en su Diario, con las siguientes palabras “Jueves 11 de octubre-Navego al Ouesudueste. Tuvieron mucha mar y más que en todo el viaje habían tenido. Vieron pardelas y un junco verde junto a la nao. Vieron los de la carabela Pinta, una caña y un palo y tomaron otro palillo labrado que parecía hierro y un pedazo de caña y otra hierba, que nace en la tierra y una tablilla. Los de la carabela Niña, también vieron otras señales de tierra y un palillo cargado de escaramujos. Con estas señales respiraron y alegrándose todos”.
Sería la carabela Pinta, que iba delante del Almirante, fue la primera en divisar tierra y fue el marinero morisco, Rodrigo de Triana; luego el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vio lumbre aunque no quiso afirmar que fuese tierra pero mandó llamar a Pedro Gutiérrez, Repostero de estrados del Rey y le dijo que parecía lumbre y que mirase allí, confirmando lo visto por Colón y llamó también a Rodrigo Sánchez de Segovia, Veedor de los Reyes quien no vio nada.
Posteriormente el Almirante, tuvo por cierto el estar junto a tierra y después de la oración de la Salve, ordenó a la población hiciesen una guardia en el castillo de proa, mirasen bien para divisar la tierra y al primero que la viese le daría un jubón de seda, con una recompensa de diez mil maravedís que los Reyes habían prometido al primero que la viese.
A las dos de la madrugada del 12 de octubre en 1492, un cañonazo de la Pinta anuncia ¡tierra! siendo Rodrigo de Triana, el primero en avisarla.
Se trataba de una isla, perteneciente al archipiélago de las Lacayas o Bahamas, a quien Colon dio el nombre de “San Salvador”, aunque los indígenas la llamaban “Guanahani”.
Después de saltar a tierra y dar gracias a Dios, el Almirante tomó posesión en nombre de los Reyes Católicos, ante la extrañeza de sus pobladores, que para Colón y sus compañeros, denominaron indios por considerarles naturales de la India asiática, donde creían encontrarse.
Posteriormente, Colón reconoció otras costas y descubrió otras islas como Santa María de la Concepción, Fernandina, Isabela, etc., fecha y el 24 de octubre descubrió “Cuba” a la que llamó Juana, confundiéndola con Cipango (Japón) creyéndola tierra firme. Desde allí pasó a Haití, a la que llamó “La Española” entablando contacto con el cacique Guacanagari.
El 4 de enero de 1493, Colón emprende el viaje de regreso a España y tras violentas tempestades, llegaron felizmente a las islas Azores y dos meses más tarde, al puerto de Lisboa, donde fue recibido por el propio rey, Juan II.
Tras su corta estancia en Lisboa, sigue ruta y arriba en Palos de Moguer, r donde escribe a los Reyes Católicos, quien se hallaban en Barcelona.
Las noticias del Descubrimiento del Nuevo Mundo, corrió por Europa y los portugueses creyeron que las tierras descubiertas por Colón se hallaban incluidas en el Tratado de Alcaçobas-Toledo y reclamaron sus derechos confirmados por las bulas pontificias. El rey Fernando El Católico reclamo del Papa Alejandro VI una Bula que señalarse los derechos de España sobre el Nuevo Mundo. Así el Pontífice, promulgó la Bula “Inter. Caetera” expedida el 4 de mayo de 1493 donde concedía a Castilla todas las islas y tierras situadas a 100 millas de las islas Azores y Cabo Verde, al oeste de la cual la exclusividad castellana era total.
La división practicada no convenció al rey de Portugal y tras laboriosas negociaciones, se estipuló el “Tratado de Tordesillas” el 7 de junio de 1494 conviniéndose que se tratase una línea divisoria de trescientas setenta leguas al oeste de las islas de Cabo Verde con lo que el territorio Brasil quedaba dentro de la jurisdicción portuguesa.
Posteriormente, el Almirante Colón emprendió nuevos viajes y se realizarían nuevas exploraciones, descubriendose tierra firme en la delta del río Orinoco, en la península del Paria y se procedería a la obra colonizadora del Nuevo Mundo.

Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"