Carmen, la del Loro, en las primeras horas de la tarde, colocaba su silla, y su mesa, en el lado contrario adonde, estaban situados los
kioscos y, allí se ponía a vender, pipas, cacahuetes, chochos, chufa, garbanzos tostaos y, dulces de barquillos que hacían, las delicias, entre los
amigos que acudían a jugar al
Paseo. BDG.