Amigo Fontenla:
Por falta de tiempo no estraba en el album de
fotos y acabo de ver la 102,
Paseo de Arriba. Tienes razón, los chavales jugábais al chicuento y por las tardes, ese banco tan largo se llenaba de niños y niñas, para comentar entre ellos el o la que le hacía "tilín".
Era un disfrute, pasar el rato que los padres no autorizaban, allí sentadas charlando y comiendo aquellas pipas que vendía Raimunda, tan exquisitas (nunca he probado otras pipas como aquellas, supongo que sería por el tueste),
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