SOY YO QUIEN DECIDE

Un influyente columnista de un diario norteamericano acompañaba en cierta ocasión a un buen amigo a comprar el periódico. Cuando estuvieron delante del quiosco, su amigo saludó al vendedor amablemente. El quiosquero, en lugar de devolver el saludo, le respondió de mala manera y les lanzó el periódico sin casi mirarles a la cara, como si le hubiesen ofendido con algo que desconocían. Su amigo, sin molestarse lo más mínimo, sonrió al airado quiosquero y, sin inmutarse, le deseó ... (ver texto completo)
Tú sigue dando amor, aunque el mundo sea una mierda...
A veces lloramos de felicidad y en muchas ocasiones sonreímos con tristeza...
Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justícia.
Buenos días foreros-as... ¡Feliz Viernes!
DONDE ESCONDER LA FELICIDAD

En el principio de los tiempos, los dioses se reunieron para crear al hombre y a la mujer. Lo hicieron a su imagen y semejanza, pero uno de ellos dijo:
-Un momento, si vamos a crearlos a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro y una fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de lo contrario estaremos creando nuevos dioses.
Después de mucho pensar, uno de ellos dijo:
- Ya sé, vamos a ... (ver texto completo)
La música te dará tiempo de reiniciar, elige el ritmo y vuelve a empezar..
Me he dado cuenta de que estar con los que uno quiere es suficiente.
Tengo la sensación de que la vida está ahí, detrás de una ventana, riéndose de nuestros esfuerzos para conocerla.
Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano.
Buenos días foreros-as... ¡Feliz Jueves!
Buenas noches Antonia, dulces sueños... un abrazo en la distancia.
Bendecida noche tengas amiga, que sueñes bonito, hasta mañana un abrazo.
EL CIELO Y EL INFIERNO

Érase una vez un fiero samurái que había oído hablar del cielo y del infierno, pero que no entendía muy bien qué era eso. Por ello, uno de sus colegas le recomendó que fuera a visitar a un monje que vivía en una cabaña en la montaña. Este hombre, con fama de sabio, aclararía sus dudas.
Cuando llegó al lugar, el samurái pateó la puerta y entró bruscamente en aquel humilde hogar, mientras el ermitaño estaba sentado en el suelo haciendo caligrafía. Sin siquiera presentarse, ... (ver texto completo)
El tiempo es un gran maestro que arregla muchas cosas.
No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él.