Rodolfo Méndez tiene 78 años y camina todas las tardes por el malecón de su ciudad.
Lleva una bandeja con tres vasos de cristal.
Siempre vacíos.
Siempre limpios.
Los sostiene con cuidado, como si fuera un camarero en un restaurante elegante, aunque viste con ropa sencilla y un sombrero viejo.
Un día, un joven curioso le preguntó:
—“ ¿Por qué carga esos vasos, don Rodolfo?”
Y él respondió, sonriendo:
—“Porque hay que recordarle a la vida que todavía quiero brindar.
Aunque falte el vino, aunque... El más importante y principal negocio público es la buena educación de la juventud. Buenos días foreros-as... ¡Feliz domingo de Resurección! Una palabra mal colocada estropea el más bello pensamiento. Hay mucha belleza, mucha verdad y amor a nuestro alrededor, pero muy pocas veces nos tomamos las cosas con la suficiente calma para apreciarlos, como para darnos cuenta.