El cementerio quedaba al borde del pueblo, en una colina rodeada de cipreses, donde el viento parecía caminar en puntillas. Los que vivían cerca decían que allí no todo estaba quieto. Que cada mañana, cuando la niebla aún acariciaba las lápidas, un perro mestizo de pelaje oscuro estaba allí, sentado frente a una tumba sin nombre, como si custodiara un secreto que nadie más sabía.
Nadie lo había llevado. Nadie lo reclamaba. Nadie sabía exactamente desde cuándo estaba. Pero nunca faltaba.
Al principio... Buenos días foreros-as. ¡Feliz Martes; Ya que estamos de paso, dejemos huellas bonitas. Antonia buenas noches. hasta mañana, bonitos sueños... un abrazo. Buenas noches Antonia, que tengas buen descanso. un besillo.
