El
tren de la vida. A veces dulce, otras muchas muy desolador
Llévame al
baile, hijo, que aún no estoy tan vieja;
quiero lucirme contigo
bailando del brazo sujeta…
Llévame al
teatro, hijo, que aún no estoy tan ciega;
escucharé los preludios contigo a mi lado bien cerca…
Llévame a la
calle, hijo, que aún tengo buenas piernas;
a caminar sin rumbo fijo contigo no me sentiré vieja…
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