Los indios Cherokee tienen un ritual muy especial a través del cual los niños pasan a ser adultos.
Cuando el niño empieza su adolescencia, su padre lo lleva al bosque, le venda los ojos y se va, dejándolo solo.
El
joven tiene la obligación de sentarse en un tronco toda la
noche y no puede quitarse la venda de los ojos hasta que los rayos del sol brillan de nuevo al
amanecer.
Él no puede pedir auxilio a nadie. Pero una vez que sobrevive esa noche, ya es un hombre. Esta es una experiencia personal
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