Es difícil, acordarse del
pueblo, sin recordar a aquellas personas, que de una forma u otra forman parte de tu
historia. Desde tus maestros a los personajes que más recuerdas. El panadero, que te lleva el
pan casa por casa, con su mulo en el cerón, el pescadero, que te despertaba, con su pregón, anunciando el
pescado, el que arreglaba las sillas, el jolatero, que estañaba ollas y orinales, quien no recuerda al camión, que vendía los marranillos y los chillidos en la
plaza, el tio del manchego con
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