Hasta tu aire es diferente, tu frescor, la luz de tus cielos y hasta la gente se distingue por su nobleza, su sencillez.Salar, que no hay un rincon de tí donde no vea a ese niño corriendo por tus calles, jugando en tus plazas, paseando por tus campos y contemplando las luces de aquellas viejas farolas al caer la noche. Ahí estabas tú, porque en tí nací, en tí aprendí a caminar y despues a conducir este tren de la vida al que voy subido mirando en la distancia aquellos amigos que se fueron, aquellos ... (ver texto completo)