Feliz Navidad foreras y foreros
LLEGO Y PASO LA NOCHEBUENA
Las empresas llenan tu bandeja de entrada con felicitaciones corporativas que nadie pidió.
El móvil empieza a vibrar: amigos y familiares bombardean con mensajes.
Algunos te tocan la fibra, otros son cadenas reenviadas o textos que sospechosamente ha escrito ChatGPT.
El aperitivo se alarga y empieza a surgir el miedo escénico al reencuentro con «esa» parte dela familia y «esos» temas de siempre—política, fútbol y, si hay suerte. el reparto de alguna herencia—. Pero peor es aún cuando te toca el típico que te comenta sus hazañas sexuales como si le importasen a alguien.
Hay gente que está sola, gente que desearía estarlo u gente que debería aprender a estarlo.
Las Navidades son un ciclo. Desde el día en que descubres que los Reyes Magos no vienen de Oriente, la magia cambia de forma. La nostalgia pega fuerte, pero la realidad te devuelve el golpe cuando te toca ser tú quien se come las galletas y deja las migas para tus hijos.
Hablar con un viejo amigo, y quizás brindar con una copa de más, sigue siendo la mejor terapia de grupo. Si la Navidad sirve para tensar y fortalecer esos hilos invisibles de la amistad, entonces merece la pena el caos.
No hay nada más melancólico que una Navidad convertida en museo de un pasado que no volverá.
Por eso, aquí van mis tres deseos (y una misión) para ti:
¡Feliz Navidad! (Simple y clásico, sin filtros.
Es inevitable mirar por el retrovisor, pero intenta que tu alma enfoque lo que tienes delante del plato. El pasado es solo un recvuerdo editado por tu mente, como una foto antigua retocada; no te fíes demasiado de él.
Busca un momento de «modo avión». Soledad de la buena, de calidad. Y escribe.
Feliz resto de fiestas. Amigos foreros.
LLEGO Y PASO LA NOCHEBUENA
Las empresas llenan tu bandeja de entrada con felicitaciones corporativas que nadie pidió.
El móvil empieza a vibrar: amigos y familiares bombardean con mensajes.
Algunos te tocan la fibra, otros son cadenas reenviadas o textos que sospechosamente ha escrito ChatGPT.
El aperitivo se alarga y empieza a surgir el miedo escénico al reencuentro con «esa» parte dela familia y «esos» temas de siempre—política, fútbol y, si hay suerte. el reparto de alguna herencia—. Pero peor es aún cuando te toca el típico que te comenta sus hazañas sexuales como si le importasen a alguien.
Hay gente que está sola, gente que desearía estarlo u gente que debería aprender a estarlo.
Las Navidades son un ciclo. Desde el día en que descubres que los Reyes Magos no vienen de Oriente, la magia cambia de forma. La nostalgia pega fuerte, pero la realidad te devuelve el golpe cuando te toca ser tú quien se come las galletas y deja las migas para tus hijos.
Hablar con un viejo amigo, y quizás brindar con una copa de más, sigue siendo la mejor terapia de grupo. Si la Navidad sirve para tensar y fortalecer esos hilos invisibles de la amistad, entonces merece la pena el caos.
No hay nada más melancólico que una Navidad convertida en museo de un pasado que no volverá.
Por eso, aquí van mis tres deseos (y una misión) para ti:
¡Feliz Navidad! (Simple y clásico, sin filtros.
Es inevitable mirar por el retrovisor, pero intenta que tu alma enfoque lo que tienes delante del plato. El pasado es solo un recvuerdo editado por tu mente, como una foto antigua retocada; no te fíes demasiado de él.
Busca un momento de «modo avión». Soledad de la buena, de calidad. Y escribe.
Feliz resto de fiestas. Amigos foreros.