VIRGEN DE FATIMA 2018
En este Valle verde y blanco
la tierra se viste de gala
el día trece de mayo
para la Virgen de Fátima
cuando ella sale al campo
en romería engalanada
entre alegría y encanto
de su Pueblo que la aclama
“Estepa” la está esperando
con tradición y esperanza
dando cobijo sagrado
entre sus cuevas y casas.
Pasa el rodillo del tiempo
y el recuerdo hiere y duele
llevado con sentimiento
por los seres que se fueron
anfitriones de siempre.
A hombros de hombres de Fe
la Virgen recorre la vega,
el Santo la adora y ve
en su cima Alicunera.
Las carrozas en hilera
llenan de afecto y desvelo
la fe, que dentro se lleva
valiendo más que un imperio
bordadas con ilusión
le dan brillantez selecta
con flores del corazón
dedicadas con pasión
dando color a la Fiesta.
¡Un viva a la Virgen Bendita!
sale de una garganta
que con devoción le grita
a la Virgen soberana
entre cantares y silencios
empieza a tocar Banda
con sones de sentimientos
que el vello se nos levanta
sintiendo lo que se siente
cada cual lo lleva y guarda
en los valores de la gente
nadie ordena ni manda
y se llevan libremente.
Desde el Cerro a las Longueras
van las brisas empapadas
de pasiones Alicuneras
en oraciones cantadas
que hacen eco en las laderas
entre la noche serena
las estrellas desparraman
la luz que en su alma llevan
haciendo de centinela
a una Virgen adorada.
Se levanta el nuevo día,
hay que regresar de nuevo
para celebrar este día
con entrañable refrigerio
haciendo camino andando
fraternizando y uniendo
dejando atrás el pasado
trazando lazos de pueblo.
La Virgen nos está esperando
para recorrer las calles
con esmero ilusionado
llenas de pétalos y flores
y balcones engalanados.
A esta fiesta arraigada
se invita con dignidad,
con bandera verde y blanca
a España y la Humanidad,
brindando por el mañana,
por la vida y por la paz
y bridamos por la Virgen
y por el Santo del Cerro
por nuestra tierra y estirpe
por la gente y por el Pueblo.
Con repique de campanas
y un nudo que nos aprieta
¡Viva la Virgen de Fátima!
y ¡Viva Alicún de Ortega!.
Antonio.
En este Valle verde y blanco
la tierra se viste de gala
el día trece de mayo
para la Virgen de Fátima
cuando ella sale al campo
en romería engalanada
entre alegría y encanto
de su Pueblo que la aclama
“Estepa” la está esperando
con tradición y esperanza
dando cobijo sagrado
entre sus cuevas y casas.
Pasa el rodillo del tiempo
y el recuerdo hiere y duele
llevado con sentimiento
por los seres que se fueron
anfitriones de siempre.
A hombros de hombres de Fe
la Virgen recorre la vega,
el Santo la adora y ve
en su cima Alicunera.
Las carrozas en hilera
llenan de afecto y desvelo
la fe, que dentro se lleva
valiendo más que un imperio
bordadas con ilusión
le dan brillantez selecta
con flores del corazón
dedicadas con pasión
dando color a la Fiesta.
¡Un viva a la Virgen Bendita!
sale de una garganta
que con devoción le grita
a la Virgen soberana
entre cantares y silencios
empieza a tocar Banda
con sones de sentimientos
que el vello se nos levanta
sintiendo lo que se siente
cada cual lo lleva y guarda
en los valores de la gente
nadie ordena ni manda
y se llevan libremente.
Desde el Cerro a las Longueras
van las brisas empapadas
de pasiones Alicuneras
en oraciones cantadas
que hacen eco en las laderas
entre la noche serena
las estrellas desparraman
la luz que en su alma llevan
haciendo de centinela
a una Virgen adorada.
Se levanta el nuevo día,
hay que regresar de nuevo
para celebrar este día
con entrañable refrigerio
haciendo camino andando
fraternizando y uniendo
dejando atrás el pasado
trazando lazos de pueblo.
La Virgen nos está esperando
para recorrer las calles
con esmero ilusionado
llenas de pétalos y flores
y balcones engalanados.
A esta fiesta arraigada
se invita con dignidad,
con bandera verde y blanca
a España y la Humanidad,
brindando por el mañana,
por la vida y por la paz
y bridamos por la Virgen
y por el Santo del Cerro
por nuestra tierra y estirpe
por la gente y por el Pueblo.
Con repique de campanas
y un nudo que nos aprieta
¡Viva la Virgen de Fátima!
y ¡Viva Alicún de Ortega!.
Antonio.