Realmente merece la pena la visita. Uno de los pocos lugares donde
comer pescado fresco de
bahía a un precio razonable. Buen servicio y gente agradable. Las
playas una maravilla (visitad la del Algarrobico que le queda ya muy poco para ser una
playa virgen y comiencen a urbanizarla), el
pueblo sencillo y acogedor. No hay turismo de masas aunque mejor evitar temporada alta y
Semana Santa para poder percibir la verdadera esencia de la zona. Después de lo que han hecho con la vecina
Mojácar, espero
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