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Mensajes de HERMOSILLA (Burgos) enviados por Burgalés:

Desde el alto de la iglesia se divisan los montes Obarenes.
Al pie de esta elevación se encuentra el barrio del Castillo.
Y... ¿dónde estuvo el dichoso castillo que dio nombre a este barrio?
El barrio del Castillo visto desde lo alto; junto al viejo moral del pueblo.
¡Qué recuerdos me trae esta foto!
¡Cuántas carreras hicimos de niños por estas enfangadas calles!
los frescos chopos crecen como gigantes a la ribera del río Oca.
Los montes Obarenes al fondo hacen de muralla para la comarca burgalesa de La Bureba.
Agua cristalina en medio de una cauce no demasiado cuidado por culpa de la desidia humana.
Ya parece que estamos en Holanda.
Y... ¿cómo se llaman estas preciosas flores?
En medio del casco urbano siempre hay un rincón para la naturaleza.
Fantástica foto de unos guindos floridos.
Primavera es vida.
Y llegó la primavera con todo su esplendor.
Hermosa floración de un cerezo a la espera de una generosa cosecha.
Casas del pueblo y naturaleza viva se funden en primavera.
Paisaje florido a la entrada del pueblo a la derecha, junto al puente Pequeño del río de Santa Casilda.
Preciosa estampa primaveral con la iglesia al fondo.
Lástima que no haya sido justamente valorada por los internautas.
Desgarbados han crecido y poco fruto dan: la naturaleza es así de caprichosa.
Horno, fragua y fuente.

Hoy sólo queda la fuente; el resto, se fue con la plaza.
Primavera esplendorosa; cosecha abundante.
Final del caserío del pueblo.
Por estas callejuelas, todas ellas llenas de barro, correteé en mi infancia.
Cada día iba y venia por aquí.
Barrio Del Valle; siempre tan solitario.
Cualquier campo es bueno para nacer, crecer e invadir la tierra.
Avena campea entre girasoles.
Su fruto, la guinda, es mucho más ácida que la cereza pero tiene una ventaja: los tordos no la atacan tanto y siempre te queda el consuelo de comer alguna cuando ya no queda una sola cereza.
Cartel de control de la circulación para moderar la velocidad de los vehículos que no siempre respetan los límites.
Mezcla de casas típicas de pueblo con edificaciones modernas: todo un contrate.
Maceta plagada de flores adornando la calle.
Almendros en la era alta. Guardianes siempre vigilantes.
Siempre estuvo presente en todos los campos de cereales junto a la mies; muchas veces, creció mucho más fuerte que las espigas de trigo.
Sólo los más agresivos herbicidas son capaces de acabar con ella.
El lila, hermoso color.
Rico fruto de la tierra que acabará acompañando cualquier ensalada o guisado.
Y... tú ¿qué flor eres?
El rojo: símbolo del amor.
A la derecha hay una piedra circular con una cruz grabada.

Siempre me ha intrigado su significado.

¿Alguien nos pueda aclarar el enigma?
Y la naturaleza impone su impronta.
Vista parcial de la iglesia parroquial entre acacias y hierba salvaje.
Cuchillos, navajas, hachas y todo objeto cortante... ¡aquí se afilaba!
¡A segar, campesinos!
Gran parrilla para preparar una suculenta chuletada.
Y... ¿nadie "visita" estas fotografías?
Bifurcación: Nos vamos a Poza o a Llano.
Tú eliges.
¿Quién nos la usó en el pasado?
Y seguimos adornando el áspero cemento de las calles.
En primavera y parte del verano, nosotras somos las reinas en medio de las calles del pueblo.
Iglesia parroquial vigilante; al pie, la Casa Consistorial, el bar y la antigua bolera.
Me gusta soñar; soñar con las eras que había en pleno funcionamiento en verano al pie de la iglesia.
Me pusieron un nombre griego "Chrysanthemum"o flor dorada; luzco en todos los colores menos el azul, procedo de China y formo parte del escudo nacional de Japón. En España me cultivan para adornar las tumbas, el día de los Difuntos en hermosas macetas. Los humanos son tan insensatos que las más bellas flores les acompañan y regalan, ¡cuando no pueden ver su hermosura! Como dijo un poeta: en una sóla flor, está toda la primavera.
Muchas gracias por tu información.
Acacias, hierba agreste, eras, edificaciones y al fondo, casi el infinito.
Cada vez que veo esta puerta no puedo olvidar lo vulnerables que somos y lo poco que valemos.