Hola prima, que bien que nos atendiste esa tarde, aunque primero nos miraste con desconfianza. También, tú estabas regando las
flores y te caímos de sorpresa, después de tantos años, y encima, te pregunto, así de sopetón, si vendías uvas.
Que guardes un hermoso recuerdo de la visita, como lo guardamos nosotros, el primo Paco, Asunción, Marta y yo, el listillo según me dijiste.
Un abrazo Dolores.