ALGUNOS ASPECTOS SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE LA
IGLESIA DE
SAN
ESTEBAN DE
ALBARES.
Más adelante, en 1729 el maestro de obras de
Guadalajara, Diego Calderón levantó el
tejado por 2.500 reales. Ese mismo año se pusieron dos
pilas nuevas para el
agua bendita, con pilastras, que costaron 22.372 maravedís.
En 1803 se puso una
pila nueva.
En 1749 se reconstruyó la gradería, mesa del
altar y se compuso el presbiterio, por un valor de 21.216 maravedís.