El perro y el gato. Amigos, ALBARES

Era ligero de piernas y también de cascos. No había aprendido aún bien su oficio de lobo.
El portero era un perrazo enorme, que despachaba a los lobos en un santiamén. El rapaz se detuvo un momento, y diciendo después “dad expresiones al portero,” echó a correr.
.” Diole crédito el lobo y lo soltó. Volvió a los pocos días para ver si su perro, estaba ya de buen año; pero el picarón se hallaba metido en casa, y a través de una verja le dijo: “Voy a salir, amigo mío: aguárdanos: ahora mismo estaremos ahí el portero y yo”
Alegó el perro su escualidez: “Considere vuesa merced, decía, mi estado mísero; aguarde un poco para llevárseme: mi amo va a casar a su hija única, y claro es que, estando de bodas, he de engordar aunque no quiera
Cierto lobo, tan torpe como cuerdo fue aquel pescador, encontrando un perro lejos de poblado, arremetió contra él.