Estatua del rey Alfonso II El Casto, en la plaza de su nombre, decorado por algún bromista.
Subiendo por las escaleras que llevan al Seminario Diocesano y por su margen izquierda hay una hilera de hermosos chales. Todo un lujo por su situación en el centro de la ciudad.
La confitería Rialto, sita en la calleSan Francisco, de mucha solera en la ciudad, es especialista en moscovitas y carbayones. La foto está tomada de uno de sus escaparates donde se ven sus apetitosos carbayones.
El botellón suele traer consecuencias para los monumentos de la ciudad. Aquí a algún gracioso se le ocurrió poner un sombrero de paja a la estatua del rey asturiano Alfonso II El Casto.
Bueno, no se les ocurrió más que poner estas carpas en la emblemática Plaza de la Catedral y encima cobraban cinco euros por la entrada, todo un abuso para los ovetenses que solemos pasear por dicho lugar.
Capilla y convento de las Religiosas Siervas de Jesus de la Caridad, situado en la esquina de las calles Uría e Independencia.
Capilla barroca del siglo XVII dedicada a la Virgen de la Esperanza.
Interior de la capilla de La Balesquida, dedicada a la ovetense Velasquita Giráldez benefactora de la ciudad.