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Mensajes enviados por Extramuros:

LA PUERTA

Por esa puerta huyo, diciendo: " ¡Nunca!"
Por esa puerta ha de volver un día...
Al cerrar esa puerta, dejo trunca
la hebra de oro de la esperanza mía.
Por esa puerta ha de volver un día.

Cada vez que el impulso de la brisa,
como una mano débil, indecisa, ... (ver texto completo)
IDENTIDAD

Tat tuam asi
(Tú eres esto: es decir, tú eres uno
y lo mismo que cuanto te rodea;
tú eres la cosa en sí)

El que sabe que es uno con Dios, logra el Nirvana:
un Nirvana en que toda tiniebla se ilumina;
vertiginoso ensanche de la conciencia humana, ... (ver texto completo)
VIEJO ESTRIBILLO

¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente,
de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna?
-Es un rayo de luna que se baña en la fuente,
es un rayo de luna...

¿Quién gritando mi nombre la morada recorre?
¿Quién me llama en las noches con tan trémulo acento?
-Es un soplo de viento que solloza en la torre, ... (ver texto completo)
SAUCE

Lirismo de invierno, rumor de crespones,
cuando ya se acerca la pronta partida;
agoreras voces de tristes canciones
que en la tarde rezan una despedida.

Visión del entierro de mis ilusiones
en la propia tumba de mortal herida.
Caridad verónica de ignotas regiones, ... (ver texto completo)
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
... (ver texto completo)
¡En el “meeting” de la Humanidad
Millones de hombres gritan lo mismo;
¡Yo, yo, yo, yo, yo, yo!....
¡Yo, yo, yo, yo, yo, yo!....
¡Cu, cu, cantaba la rana;
cu, cu, debajo del agua!.....
¡Qué monótona es la rana humana!
¡Qué monótono es el hombre mono!
¡Yo, yo, yo, yo, yo, yo!....
Y luego: A mí, para mí; ... (ver texto completo)
Corre con pie de sonorosa plata
Huyendo de sí mismo un arroyuelo,
Y dando vueltas por el verde suelo,
Con cintas de cristal sus flores ata,
Cruza la selva y cándido retrata
Cuanto encuentra en su líquido desvelo,
Pisa un jazmín y vístese de hielo;
Aja una flor y mírase escarlata.
……………………….. y hoja á hoja
Las cimas de los arboles despoja. ... (ver texto completo)
Los Camellos

Lo triste es así...

Dos lánguidos camellos, de elásticas cervices,
de verdes ojos claros y piel sedosa y rubia,
los cuellos recogidos, hinchadas las narices,
a grandes pasos miden un arenal de Nubia.

Alzaron la cabeza para orientarse, y luego
el soñoliento avance de sus vellosas piernas
-bajo el rojizo dombo de aquel cenit de fuego-
pararon silenciosos, al pie de las cisternas...

Un lustro apenas cargan bajo el azul magnífico,
y ya sus ojos quema la fiebre del tormento:
tal vez leyeron, sabios, borroso jeroglífico
perdido entre las ruinas de infausto monumento.

Vagando taciturnos por la dormida alfombra,
cuando cierra los ojos el moribundo día,
bajo la virgen negra que los llevó en la sombra
copiaron el desfile de la Melancolía...

Son hijos del Desierto: prestóles la palmera
un largo cuello móvil que sus vaivenes finge,
y en sus marchitos rostros que esculpe la Quimera
¡sopló cansancio eterno la boca del Esfinge!

Dijeron las Pirámides que el viejo sol rescalda:
"amamos la fatiga con inquietud secreta..."
y vieron desde entonces correr sobre una espalda
tallada en carne, viva, su triangular silueta.

Los átomos de oro que el torbellino esparce
quisieron en sus giros ser grácil vestidura,
y unidos en collares por invisible engarce
vistieron del giboso la escuálida figura.

Todo el fastidio, toda la fiebre, toda el hambre,
la sed sin agua, el yermo sin hembras, los despojos
de caravanas... huesos en blanquecino enjambre...
todo en el cerco bulle de sus dolientes ojos.

Ni las sutiles mirras, ni las leonadas pieles,
ni las volubles palmas que riegan sombra amiga,
ni el ruido sonoroso de claros cascabeles
alegran las miradas al rey de la fatiga:

¡Bebed dolor en ellas, flautistas de Bizancio
que amáis pulir el dáctilo al son de las cadenas,
sólo esos ojos pueden deciros el cansancio
de un mundo que agoniza sin sangre entre las venas!

¡Oh artistas! ¡Oh camellos de la Llanura vasta
que vais llevando a cuestas el sacro Monolito!
¡Tristes de Esfinge! ¡novios de la Palmera casta!
¡Sólo calmáis vosotros la sed de lo infinito!

¿Qué pueden los ceñudos? ¿Qué logran las melenas
de las zarpadas tribus cuando la sed oprime?
Sólo el poeta es lago sobre este mar de arenas,
sólo su arteria rota la humanidad redime.

Se pierde ya a lo lejos la errante caravana
dejándome -camello que cabalgó el Excidio...-
¡Cómo buscar sus huellas al sol de la mañana,
entre las ondas grises de lóbrego fastidio!

¡No! buscaré dos ojos que he visto, fuente pura
hoy a mi labio exhausta, y aguardaré paciente
hasta que suelta en hilos de mística dulzura
refresque las entrañas del lírico doliente;

Y si a mi lado cruza la sorda muchedumbre
mientras el vago fondo de esas pupilas miro,
dirá que vio un camello con honda pesadumbre,
mirando silencioso dos fuentes de zafiro...
P. A. ... (ver texto completo)
Hay un instante del crepúsculo
en que las cosas brillan más,
fugaz momento palpitante
de una morosa intensidad.

Se aterciopelan los ramajes,
pulen las torres su perfil,
burila un ave su silueta
sobre el plafondo de zafir.
... (ver texto completo)
Ven, pajarillo, a mis prados,
ven a posarte en sus calles
sobre un lirio de los valles,
sobre un ciprés temblador;
alégrame con tus trinos,
muestra al sol tus lindas galas,
y arrúllame con tus alas
que estoy muriendo de amor.

Sauce verde en cuyas hojas ... (ver texto completo)
Romance satírico a la cazuela de la comedia

En la cazuela del mundo
todos somos pepitoria,
mas en la de la comedia
lo son las mujeres solas.
Más sin gusto el cocinero
le tiene las tardes todas:
quien lo ha probado lo dice,
quien no lo sabe, no lo oiga.

Porque si aquí son enteras,
son las cabezas las mozas,
y las viejas las costillas,
nada carne y todo costras;

las flacas son los alones,
mucho hueso en carne poca,
y en su sudor derretidas
son la manteca las gordas.

Los pescuezos desvaídos
son las muy largas y angostas;
la pimienta las taimadas,
y las mollejas las bobas;

las feas que se aderezan
son especias que sazonan,
por sí solas desabridas
y aderezadas, gustosas.

La sangre cuajada son
todas las necias hermosas,
y en ser un manjar del limbo
-ni bien pena, ni bien gloria-
las afeitadas son salsa
adonde cualquiera moja.

Con perejiles las unas
y con mostazas las todas,
en el portero apretador,
para dar fin a la historia,
es el cucharón de palo
porque las revuelve a todas.
JT ... (ver texto completo)
Al clavel

A ti, clavel ardiente,
invidia de la llama i de l'Aurora,
miró al nacer más blandamente Flora:
color te dio ecelente
i del año las oras más süaves.

Cuando a la ecelsa cumbre de Moncayo
rompe luziente sol las canas nieves ... (ver texto completo)
¿Quieres decirme, zagal garrido,
si en este valle naciendo el sol,
viste a la hermosa Dórida mía,
que fatigado buscando voy?
-Sí, que la he visto pasar el puente,
y a los alcores se encaminó
un corderito la precedía,
atado al cuello verde listón.
- ¿Sólo el cordero la acompañaba?
-También con ella iba un pastor. ... (ver texto completo)
A LA AMAPOLA

Yo te vi, triste amapola,
de las flores retirada
mecer la roja corola
entre la espiga dorada.—

Leve el cuello y hechicero
débilmente se agitaba;
y el cefirillo ligero ... (ver texto completo)
¡Ay del que llega sediento
a ver el agua correr,
y dice: la sed que siento
no me la calma el beber!

¡Ay de quien bebe y, saciada
la sed, desprecia la vida:
moneda al tahúr prestada,
que sea al azar rendida!
... (ver texto completo)
Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.
A. M
Mater Dolorosa

Se va y se vuelve a Cristo por María,
la Virgen Dolorosa y Madre nuestra,
que en el ritual de la Pasión se muestra
sufriendo ante la Cruz lenta agonía.

Tus dolores sintamos noche y día,
ya que tu amor de Madre nos demuestra
que no hay pena en el mundo como vuestra ... (ver texto completo)
Plegaria

Sí, mi Señor... Abierta está la herida
del estilete atroz de la lanzada.
Lanza asesina, que tu pecho horada,
hierro cruel que cercenó tu vida.

Fue Longinos la mano deicida
que exterminó el fulgor de tu mirada,
pero a su vez fui yo la fuerza airada ... (ver texto completo)
En la Cruz

¡Cómo abruma, Señor, tanto pecado
en esa Cruz que Tú llevaste a cuestas!.
¡Cuántas culpas y acciones deshonestas
hirieron el dintel de tu costado!.

¿Cuántas veces, Jesús, me has perdonado
y en amargo silencio me amonestas?.
¿Qué más preguntaré?. ¡Cuántas respuestas ... (ver texto completo)
El Jueves Santo es uno de los días más lleno de celebraciones litúrgicas y religioso-populares.

Este día es como una "profecía" de la Pascua, es decir, en la Última Cena Jesús, vivió conscientemente y de manera anticipada su Pasión y Muerte y en ese momento puso en claro, para qué iba a morir Él, por qué aceptaba voluntaria y libremente la muerte cruenta.

Los primeros datos que tenemos de que el Jueves Santo se celebra la Misa, recordando la Cena del Señor los tenemos por el Concilio de Cartago ... (ver texto completo)
Cuando presencias a Dios,
mucho Madre os martirizan,
la espada que a hijo y a vos,
y a Simeón profetizan.
Madre del dolor, Virgen María,
tuyo es mi amor, tuya es mi vida.

Por no ver tan tierno, muerto,
infante al Dios que nos cría,
huyen, ¡qué pena! al desierto ... (ver texto completo)
Tú eres mi amparo y mi guía,
mi dueño y mi creador,
mi consuelo y mi alegría,
mi Padre, mi Redentor
y única esperanza mía.

Con trompetas y pregones
por la calle de la Amargura
os llevaron los sayones
eclipsada tu hermosura. ... (ver texto completo)
Escolares de mi escuela
J. M. O.

Escolares de mi escuela,
hijos de pobres y ricos,
aprender a compartir
antes que a tener «bôrsiyos».

Escolares de mi escuela
listos, medianos y torpes, ... (ver texto completo)
Un poco de humor.

Iba en una precesión
Un donoso loco un día,
Y un galan que atrás venia
Le sacudió un pescozón.
El loco la mano alzando
Dió otro tal al delantero,
Diciéndole: “Compañero,
Dad ¿No veis que vienen dando?” ... (ver texto completo)
Dolorosa
II

Brilló el puñal en la sombra
como una lengua de plata,
y bañó al que nadie nombra
onda de sangre escarlata.

Como la oveja que siente
Inflamado su vellón ... (ver texto completo)
Dolorosa
I
Brilló el puñal en la sombra
como una lengua de plata,
y bañó al que nadie nombra
onda de sangre escarlata.
Tu traje de terciopelo
espejeaba en la penumbra,
cual la bóveda del cielo
si el astro nocturno alumbra. ... (ver texto completo)
Los cinco

Este es el dedo chiquito
y bonito: al lado de él
se encuentra el señor de anillos;
luego, el mayor de los tres.

Este es el que todo prueba,
y sobre todo la miel.
- ¿Y éste más gordo del todo?
-Este, el matapulgas, es.
A N ... (ver texto completo)
LA CARRERA DE AL-HAMAR

Lanzóse el fiero bruto con ímpetu salvaje,
ganado a saltos locos la tierra desigual,
salvando de los brezos el áspero ramaje,
a riesgo de la vida de su jinete real.

El, con entrambas manos, le recogió el rendaje
hasta que el rudo belfo tocó con el petral;
mas todo en vano, ciego, gimiendo de coraje, ... (ver texto completo)
Al mar desierto en el profundo estrecho
entre las duras rocas, con mi nave
desnuda tras el canto voy suave,
que forzado me lleva a mi despecho.

Temerario deseo, incauto pecho,
a quien rendí de mi poder la llave,
al peligro me entregan fiero y grave;
sin que pueda apartarme del mal hecho.
... (ver texto completo)
Horrido invierno, que la luz serena,
y agradable color del puro cielo
cubres de oscura sombra y turbio velo
con la mojada faz de nieblas llena;

vuelve a la fría gruta, y la cadena
del nevoso Aquilón; y en aquel hielo,
que oprime con rigor el duro suelo,
las furias de tu ímpetu refrena.
... (ver texto completo)
El Sátiro que el fuego vio primero,
de su vivo esplendor todo vencido,
llegó a tocarlo; mas probó, encendido,
que era, cuanto hermoso, ardiente y fiero.

Yo, que la pura luz do ardiendo muero,
mísero vi, engañado y ofrecido
a mi dolor, en llanto convertido
acabar no pensé, como ya espero.

Belleza, y claridad antes no vista,
dieron principio al mal de mi deseo,
dura pena y afán a un rudo pecho.

Padezco el dulce engaño de la vista;
mas si me pierdo con el bien que veo,
¿cómo no estoy ceniza todo hecho?
F. H ... (ver texto completo)
Pensé, mas fue engañoso pensamiento,
armar de duro hielo el pecho mío;
porque el fuego de Amor al grave frío
no desatase en nuevo encendimiento.

Procuré no rendirme al mal que siento;
y fue todo mi esfuerzo desvarío.
Perdí mi libertad, perdí mi brío;
cobré un perpetuo mal, cobré un tormento.

El fuego al cielo destempló en tal suerte,
que, gastando su humor, quedó ardor hecho;
y es llama, es fuego, todo cuanto espiro.

Este incendio no puede darme muerte;
que, cuanto de su fuerza más deshecho,
tanto más de su eterno afán respiro. ... (ver texto completo)
Voy siguiendo la fuerza de mi hado
por este campo estéril y ascondido:
todo calla, y no cesa mi gemido;
y lloro la desdicha de mi estado.

Crece el camino, y crece mi cuidado;
que nunca mi dolor pone en olvido.
El curso al fin acaba, aunque extendido;
pero no acaba el daño dilatado.
... (ver texto completo)
Osé y temí; mas pudo la osadía
tanto, que desprecié el temor cobarde.
Subí a do el fuego más m' enciende y arde,
cuanto más la esperanza se desvía.

Gasté en error la edad florida mía;
ahora veo el daño, pero tarde;
que ya mal puede ser, que el seso guarde
a quien s' entrega ciego a su porfía.

Tal vez pruebo (mas, ¿qué me vale?) alzarme
del grave peso que mi cuello oprime;
aunque falta a la poca fuerza el hecho.

Sigo al fin mi furor, porque mudarme
no es honra ya, ni justo, que se estime
tan mal de quien tan bien rindió su pecho
F. H ... (ver texto completo)
Educar

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino, ... (ver texto completo)
Canción primaveral

Salen los niños alegres
de la escuela, poniendo en el aire tibio
del abril canciones tiernas.

¡Qué alegría tiene el hondo silencio de la calleja!
Un silencio hecho pedazos
por risas de plata nueva.
... (ver texto completo)
Mariquita

Mariquita, escribe, escribe,
y no dejes de escribir,
y no te olvides que "mayo"
siempre se pone con "y".
Mariquita, lee, lee,
y no dejes de leer,
porque si no las orejas
pronto te van a crecer.

Mariquita, si eres buena,
los Reyes te traerán
una muñeca muy rubia
con los ojos de cristal,

Mariquita, escribe, escribe,
y no dejes de escribir,
y al pasar los Reyes Magos
te traerán un colibrí.

Mariquita, salta, salta,
y no dejes de saltar;
pareces un saltamonte
con dos trenzas de verdad.

Quien da, quien da,
al cielo se irá;
quien tiene y no da,
al infierno caerá.

Gloria Fuertes ... (ver texto completo)
Maestro

Vocación tempranera y siempre bien sentida,
esta de ser Maestro por amor entregado,
este ir alumbrando caminos por la vida,
ilusionadamente, de niños rodeado.

Poner alma de artista en la noble tarea,
con fuerza misionera y mano delicada;
saber irse quemando en aras de una idea, ... (ver texto completo)
Escuela

MAESTRO
¿Qué doncella se casa
con el viento?

NIÑO
La doncella de todos
los deseos.
... (ver texto completo)
¡Que no!
Todo niño es un lucero
que no muñeco de cartón
no quiero que les recorten en cueros
les vistan con un patrón.
No, no
a Pedro Botero y su tenedor
¡Qué No!
al hombre del saco y al confesor.
No se entrega un niño al buitre ... (ver texto completo)
En homenaje a los animales abatidos en recientes monterías.

La Cierva

Doliente cierva, que el herido lado
de ponzoñosa y cruda yerba lleno,
buscas el agua de la fuente pura,
con el cansado aliento que en el seno
bello de la corriente sangre hinchado,
débil y decaída tu hermosura; ... (ver texto completo)
Divina calma del mar
donde la luna dilata
largo reguero de plata
que induce a peregrinar.
En la pureza infinita
en que se ha abismado el cielo,
un ilusorio pañuelo
tus adioses solicita.
Y ante la excelsa quietud,
cuando en mis brazos te estrecho ... (ver texto completo)
Dulce luna del mar que alargas la hora
de los sueños de amor; plácida perla
que el corazón en lágrima atesora
y no quiere llorar por no perderla.
Así el fiel corazón se queda grave,
y por eso el amor, áspero o blando,
trae un deseo de llorar, tan suave,
que sólo amarás bien si amas llorando.
LG
La luna te desampara
y hunde en el confín remoto
su punto de huevo roto
que vierte en el mar su clara.
Medianoche van a dar,
y al gemido de la ola,
te angustias, trémula y sola,
entre mi alma y el mar.
LG
Largamente, hasta tu pié
se azula el mar ya desierto,
y la luna es de oro muerto
en la tarde rosa té.
Al soslayo de la luna
recio el gigante trabaja,
susurrándote en voz baja
los ensueños de la luna.
Y en lenta palpitación,
más grave ya con la sombra, ... (ver texto completo)
Un poco de cielo y un poco de lago
donde pesca estrellas el grácil bambú,
y al fondo del parque, como íntimo halago,
la noche que mira como miras tú.
Florece en los lirios de tu poesía
la cándida luna que sale del mar,
y en flébil delirio de azul melodía,
te infunde una vaga congoja de amar.
Los dulces suspiros que tu alma perfuman
te dan, como a ella, celeste ascensión. ... (ver texto completo)
La rana y el renacuajo

En la orilla del Tajo
hablaba con la rana el renacuajo,
alababan las hojas, la espesura
de un gran cañaveral y su verdura.
Mas luego que del viento
el ímpetu violento
una caña abatió, que cayó al río,
en tono de lección dijo la rana: ... (ver texto completo)
Formados los deseos a menudo en el vicio
miraba sin bondad por la ventana
la extensa confusión de tierra roja.
oscilando profunda su lisura
y todo era un elogio silencioso,
un socavón de miel inexpresivo.

Tardes exactas de sabor a metal.
Un puntapié verbal rompía el silencio.
El lápiz circulaba libremente en los ángulos ... (ver texto completo)
El niño que no sabía jugar

Había un niño que no sabía jugar. La madre le miraba desde la ventana ir y venir por los caminillos de tierra con las manos quietas, como caídas a los dos lados del cuerpo. Al niño, los juguetes de colores chillones, la pelota, tan redonda, y los camiones, con sus ruedecillas, no le gustaban. Los miraba, los tocaba, y luego se iba al jardín, a la tierra sin techo, con sus manitas, pálidas y no muy limpias, pendientes junto al cuerpo como dos extrañas campanillas mudas. ... (ver texto completo)
Geografía física

Nadie sabe Geografía
mejor que la hermana mía.

-La anguila azul del canal
enlaza las dos bahías.

-Dime: ¿dónde está el volcán
de la frente pensativa? ... (ver texto completo)